3/10/2005 - 18:11h

Comunicado de prensa de Greenpeace: fuga radiactiva en central nuclear valencian

El pasado 21 de septiembre, la central nuclear de Cofrentes (Valencia) sufrió una fuga de agua radiactiva, a causa de la rotura de una manguera dentro del edificio de Residuos de la central. Esta avería tardó en repararse casi dos horas, lo que provocó una dosis de 0,06 mSv. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha forzado a Cofrentes a notificar este suceso.

Se desconoce si en este suceso hubo afectados, ya que el CSN no ha dado información al público (salvo una breve nota en la sección de "sucesos notificables" de su web), pero este hecho incide de nuevo en la falta de cultura de seguridad de la central nuclear de Cofrentes. Greenpeace considera que el CSN debería hacer gala de una total transparencia y facilitar la participación del ciudadano y la sociedad civil en su funcionamiento. Este organismo, al igual que hacen ya otros equivalentes, debería, entre otras cosas:
  • Hacer accesible toda la documentación que obra en sus archivos: actas de inspección, informes de evaluación, documentos técnicos de las instalaciones, etcétera.
  • Informar de todos los sucesos notificables ocurridos en tiempo y forma, así como de las medidas correctoras implantadas para evitar la reiteración de los sucesos.
  • Informar de todos los acuerdos del Pleno, con clara exposición de los asuntos, los motivos del acuerdo y los resultados de las votaciones habidas.
Para lograr un cambio profundo en el funcionamiento del CSN, que garantice su transparencia informativa y su independencia de la industria nuclear, Greenpeace ha propuesto una serie de medidas que han sido recogidas en una Proposición de Ley de reforma del Consejo de Seguridad Nuclear presentada por el grupo parlamentario Izquierda Verde (IV- IU-ICV).

El Pleno del Congreso de los Diputados votó, el pasado 13 de septiembre, por mayoría a favor de iniciar la tramitación de esta Proposición de Ley. Además de Izquierda Verde, votaron a favor, el grupo parlamentario socialista, el de ERC, el grupo vasco (PNV-EAJ) y Grupo Mixto.

Cada vez hay más información científica que alerta de que cualquier contaminación radiactiva, incluso bajas dosis, representa un peligro para la salud, aunque el CSN insista en negarlo. Muestra de ello es su actitud con respecto al incidente en la central de Ascó-1, desvelado a Greenpeace por un colectivo de trabajadores, en el que se contaminaron 114 trabajadores. El CSN, a pesar de haber sido informado inmediatamente, lo mantuvo oculto desde entonces. Y después, una vez desvelado por Greenpeace, ha tratado de quitarle toda su importancia.

Sin embargo, el pasado 29 de junio un equipo formado por más de cincuenta especialistas de diversos países publicaba un artículo en la revista British Medical Journal (1) en el que se revelan los resultados de un estudio epidemiológico realizado sobre más de cuatrocientos mil trabajadores de centrales nucleares en 15 países que han estado sometidos a las dosis habituales de radiación externa, sin contabilizar sucesos extraordinarios. Las conclusiones: al menos un 2% de los casos de cáncer son atribuibles a la radiación recibida.

Greenpeace reitera su consideración de que las nucleares son instalaciones obsoletas, peligrosas y emiten radiaciones que producen efectos nocivos para las personas y el medio ambiente. El Gobierno debe cerrarlas cuanto antes, tal como se comprometió el presidente Zapatero.
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