La reunión cumbre de la
FAO, el organismo de la ONU para la Agricultura y la Alimentación, empezó el martes con representantes de más de 180 países. El objetivo era lograr un gran acuerdo internacional que invirtiera la tendencia al alza del precio de los alimentos. Los mandatarios reconocieron que hacían falta cambios estructurales además de inyecciones de dinero. Pero nadie quiere cambios que puedan hacer daño a la economía de su país.
Los Estados se comprometieron a «reducir a la mitad el número de personas que sufren hambre de aquí al 2015», según la declaración de la reunión, considerada de mínimos por muchos participantes. La reunión ha permitido recoger más de 6.500 millones de dólares para luchar contra el hambre y la pobreza.
La división final entre los Estados llegó de los latinoamericanos. El texto que proponía el resto del mundo no les gustaba. Argentina hizo objeción de voto, mientras que países como Cuba, Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Bolivia accedieron a dar un sí con reservas. Es decir, votaron a favor del documento y lo continuaron criticando.
Duras críticas Europa, Estados Unidos, Asia, África y el Próximo Oriente estaban de acuerdo en el documento. Pero los latinoamericanos querían incluir una crítica más dura contra las ayudas económicas que los países ricos dan a sus agricultores y que alteran la libre competencia. Argentina, uno de los principales productores de trigo del mundo, quería eliminar del texto un punto que limita las exportaciones agrícolas, mientras que Cuba decía que «la comida no se puede utilizar como un instrumento de presión política y económica» y pedía el fin del embargo norteamericano.
Bolivia y Venezuela querían una crítica al bilateralismo comercial, las relaciones de favor entre dos países que excluyen el resto. Defendían, al fin y al cabo, el libre comercio. Pero los países ricos no cedieron.
La cumbre ha servido por poner sobre la mesa el reto del biocombustible. Para algunos países es el culpable del alza del precio de los alimentos, mientras que otros lo defienden porque es más ecológico y lo producen ellos, como Brasil y EUA. Desde la ONU se pidió una investigación para conocer las consecuencias verdaderas de los agrocarburantes.