La incineradora de Son Reus, que ha sido denunciada en varias ocasiones por Greenpeace y el GOB desde antes de su construcción en el año 1990, provoca serios problemas ambientales, tanto por emisiones a la atmósfera de, por ejemplo, dioxinas y furanos, como por el problema que suponen las cenizas y escorias que producen y que, en Mallorca, se depositan en su mayoría en vertedero. Los residuos que provoca la quema de basuras son mucho más tóxicos que la basura antes de ser quemada.
Las dioxinas y furanos tienen una elevada toxicidad y se encuentran en el grupo de sustancias prioritarias a eliminar denominadas "docena sucia" que recoge el Convenio de Estocolomo sobre Compuestos Orgánicos Persistentes. Sus efectos sobre la salud son cáncer, daños a los sistema inmunológico, reproductor, endocrino y nervioso y alteraciones del desarrollo intelectual infantil.
Según TIRME, de las 569.245 toneladas de residuos generadas en la isla de Mallorca, 318.015 acaban incineradas. Esto provoca la generación de 76.670 toneladas de escorias y 31.895 de cenizas cimentadas. De ellas sólo se recuperan 4.434 toneladas de chatarra. Las cenizas y escorias contienen sustancias de elevada toxicidad con metales pesados (cadmio, plomo, mercurio, cromo, cobre) y acumulan hasta más del 90% de las dioxinas y furanos que se generan en la incineradora debido a los filtros que hacen que las emisiones por la chimena sea menor. No existen niveles seguros de emisión para este tipo de sustancias, porque tardan décadas en degradarse, son biocamulativas y se concentran en todos los organismos de la cadena alimentaria aumentando en los últimos eslabones como el ser humano.
El Consell insular está estudiando la posibilidad de emplear las escorias, mezcladas con otros materiales, para construir carreteras y obras públicas. Esto supondría agravar el problema, pues se estarían distribuyendo por toda la isla residuos muy contaminantes.
La ampliación de la incineradora de Son Reus agravaría aún más la contaminación y demostraría la falta de voluntad política por resolver un problema que no deja de crecer.
El resto de los residuos de Mallorca acaban en el vertedero de Emaya (185.018 toneladas) y en el de Santa Margalida (58.918).
Otro de los problemas de las islas, por su situación e intensidad de tráfico marítimo, es la exposición a sufrir vertidos de hidrocarburos. Este es el caso del vertido de 50 Tn de fuel desde el buque Don Pedro, en julio de 2007, que afectaron al Parque natural de Ses Salines.
A pesar de no tener industria pesada en las islas, Baleares posee otras fuentes de contaminación industrial dispersas del sector papelero y de la fabricación de tejas. También hay que destacar la contaminación generada por vertidos incontrolados al mar procedentes de emisarios submarinos de aguas residuales y la contaminación por nitratos de aguas subterráneas por las malas prácticas agrícolas y ganaderas. El Catálogo d'Actividades Potencialmente Contaminantes de l'Atmósfera (APCA) - según el Decreto 833/75, de 6 de febrero, por el que se desarrolla la Ley 38/72, de 22 de diciembre, de Protección de l 'Ambiente Atmosférico BOE núm. 96, de 22.4.75 - dónde figuran aquellas actividades industriales emisoras de contaminantes, catalogadas en tres grupos (A, B y C) de más a menos contaminantes recoge 31 empresas de tipo A en Mallorca, 9 en Menorca, 2 en Eivissa y 2 en Formentera.
DEMANDAS
"¢ Aplicar verdaderas medidas de seguimiento ambiental de los focos contaminantes que aseguren el cumplimiento de la legislación, a través de la inspección y el control.
"¢ Mallorca debe renunciar a la ampliación de la incineradora de Son Reus y optar por un modelo de "residuo cero", que fomente la reducción, la recogida selectiva de los residuos, recuperación de materiales, compostaje de la materia orgánica y el reciclaje.
"¢ Se debe extraer el pecio del Don Pedro, ya que continúa siendo una fuente de contaminación marina por las sustancias contenidas en él e implantar un nuevo régimen de responsabilidad ilimitada para la industria petrolera a través de toda la cadena de custodia.
Greenpeace se ha unido al GOB en Mallorca para presentar su campaña «¿Quién contamina?» a bordo del Arctic Sunrise, que está recorriendo la costa para señalar a los principales responsables de la contaminación en España. La organización, que inició la campaña con la presentación en Barcelona del informe "Contaminación en España", ha elegido Mallorca como parada por el grave problema que tiene la isla en la gestión de sus residuos. El Arctic Sunrise se encuentra atracado en la Marina Port de Mallorca, donde el puerto ha acogido al buque sin coste alguno.