8/05/2008 - 08:30h

El 94% de los minerales que se extraen en Catalunya se destinan a la construcción

Cantera.Una tesis doctoral de la Universitat Autónoma de Barcelona ha analizado, por primera vez, los impactos medioambientales asociados al consumo de materiales para la construcción y alerta, entre otras cuestiones, de que algunas de las principales materias primas que se utilizan, como por ejemplo los recursos minerales, podrían llegar pronto a su límite si continúa el ritmo de consumo actual.
 
El trabajo, realizado por la investigadora Cristina Sendra y dirigido por Xavier Gabarrell i Teresa Vicent, profesores del Departamento de Ingeniería Química de la UAB e investigadores del grupo de investigación de Ecología Industrial del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales, recoge parte de los impactos ambientales asociados al consumo de recursos que se destinaron a la construcción durante el año 2001 y demuestra el fuerte impacto que este sector tiene en el entorno natural de Catalunya, tanto por la ocupación del suelo urbanizable como por la degradación del entorno que provoca la extracción de materias primas y la generación de la energía necesaria para satisfacer la demanda.

Entre las conclusiones del estudio, destaca que el 94% de los minerales que se extraen en Catalunya son usados en el sector de la construcción, una cifra muy elevada que, según la investigadora, los acerca a su límite y que es preciso disminuir, favoreciendo la reutilización y la transformación de los materiales y las infraestructuras obsoletas y reduciendo las nuevas construcciones.

Otros impactos destacables hacen referencia a las emisiones de gases a la atmósfera asociadas a la construcción, que suponen casi un 20% de las emisiones de CO2 de todo el territorio: la fabricación de los principales materiales consumidos para el sector provoca la emisión de más de 7 millones de toneladas de CO2 anuales y el transporte de productos de la construcción entorno a 1 millón.

La tesis destaca también la fuerte dependencia de los mercados exteriores que Catalunya tiene con respecto a otros materiales, como los cerámicos, los plásticos o los metálicos. Para la autora, esta dependencia sólo puede ser contrarrestada con la creación de un mercado autóctono de productos y un cambio de modelo en los materiales utilizados y las edificaciones realizadas. En cuanto a los recursos renovables usados en la construcción, las importaciones también son superiores -4 veces más que los materiales domésticos-, aunque suponen menos del 1,5% del consumo total.

La mejora en la eficiencia de los procesos productivos es, para la investigadora, una medida claramente insuficiente para reducir el impacto medioambiental de la construcción, que es preciso combinar con una intervención directa que limite la construcción y con el uso de stock material presente en las construcciones que existen.

El análisis del sector de la construcción realizada por la investigadora se enmarca en un análisis más amplio, que estudia el metabolismo (cambios producidos en un periodo de tiempo en la economía de un lugar en relación al entorno natural en que se inserta) de Catalunya entre los años 1990 y 2004. Las conclusiones muestran la fuerte materialización (aumento de la entrada o el consumo de materiales de una economía a lo largo del tiempo) que ha tenido la economía catalana los últimos 15 años, con un aumento claro del uso de materiales directamente relacionado con la evolución del sector de la construcción.

Según se desprende de los datos obtenidas, la economía catalana está creciente a lo largo del tiempo, pero a la vez se está convirtiendo en una economía cada vez más ineficiente. Así, mientras el año 1990 el consumo de una tona de materiales generaba 1.021 euros de PIB, el año 2004 únicamente en generó 921. Este hecho implica que si no existe ningún cambio, el crecimiento futuro tendrá cada vez más impacto ambiental.

El estudio demuestra, también, la fuerte dependencia de Catalunya del exterior para mantener el ritmo de crecimiento según el modelo actual y la competitividad, y evidencia que, tanto por motivos ambientales como económicos, es necesario cambiar de modelo de crecimiento actual.

La metodología MFA

Para hacer el estudio, la investigadora ha aplicado la metodología Material Flow Analysis (MFA), que permite analizar las dimensiones físicas de los países. El MFA cuantifica las entradas, las salidas, el consumo y la acumulación de materiales en unidades másicas de cualquier sistema, sea de un barrio, de una ciudad, de un sector económico o de todo un país. De este análisis se extraen unos indicadores que dan una magnitud física de las dimensiones de una economía o sistema, todo complementando el análisis de la actividad económica tradicional.
 
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