La razón es que, cuanto más se calienta el agua, menos especies sobreviven y, por lo tanto, disminuye el número de peces que los pingüinos pueden cazar para alimentarse. Esta especie, que vive en las islas del límite norte de la Antártida, se encuentra arriba de la cadena alimenticia de su región y, por lo tanto, según los autores del informe, es un indicador sensible de las alteraciones del ecosistema marino y de como sufre los efectos del cambio climático. Los pingüinos rey, que se alimentan de pequeños peces y calamares, son los segundos más grandes, después de los pingüinos emperador, y actualmente tienen una población de más de 2 millones de parejas reproductoras.
Los investigadores estudiaron como se apareaban y sobrevivían los pingüinos en el archipiélago subantártico de Crozet. Marcaron los animales con etiquetas electrónicas subcutáneas para estudiar sus migraciones naturales.
El estudio, publicado en la revista
Proceedings of the National Academy of Sciences, demuestra que las temperaturas altas del mar durante el invierno hicieron disminuir la cantidad de las preses marinas existentes para los pingüinos, muchos de los cuales murieron.
Según el estudio del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, la población de estos animales se reduce un 9% por cada subida de 0,26 grados centígrados del agua del mar. Si se tiene en cuenta que debido al calentamiento global del planeta se prevé que cada década la temperatura del mar aumente de media 0,2 grados, queda claro que la supervivencia de los pingüinos rey está en peligro ya que, cuanto más se calienta el agua, menos especies sobreviven y, por lo tanto, disminuye el número de peces que los pingüinos pueden cazar por alimentarse.