El estudio, titulado "
En agua muerta" y dado a conocer en Mónaco, en la sesión especial del PNUMA, señala que tres cuartas partes de las zonas pesqueras podrían verse afectadas por cambios de circulación provocados por la reducción de los sistemas de bombeo naturales de los océanos.
Esos sistemas incluyen el Ártico y el Mediterráneo y proveen nutrientes a los peces y mantienen saludables las pesquerías porque retiran los desperdicios y la contaminación.
El aumento de la temperatura de la superficie marina en las próximas décadas pueden causar la muerte del 80 por ciento de los arrecifes coralinos del planeta, que además de ser una atracción turística son defensas naturales y criaderos de peces.
Otra amenaza es que el aumento de las emisiones de dióxido de carbono incrementa la acidez de los mares y océanos. Esto, a su vez, puede impactar el calcio de los caparazones y a organismos como el plancton, en la base de la cadena alimentaria.
El informe fue elaborado por científicos del PNUMA en colaboración con universidades e institutos europeos y estadounidenses, y sometido a discusión de los ministros de Medio Ambiente reunidos en el principado.