Pero no en todas partes los medios se toman su trabajo tan seriamente. En el Estado español, con excepciones, el panorama es desolador. Estos días tenemos un ejemplo en la editorial del diario
El País («
Otro choque petrolero») y en un artículo publicado en
La Vanguardia, que tiene el honor de ser el primer gran medio de comunicación español que ha hablado directamente del pico del petróleo.
Para los editorialistas de
El País, las causas de la crisis de precios son «las perturbacions en la oferta de crudo por las tensiones geopolíticas, la subida del consumo en progresión geométrica en países emergentes y una tensión especulativa que dispara los precios en función de la temida escasez». O sea, las mismas y gastadas razones de siempre, que sin dejar de tener su importancia, no son las razones fundamentales.
Por su parte,
La Vanguardia no sólo ha visto la cima, sino que ya comienza a divisar lo que vendrá después. Antonio Cerrillo, aprovechando la edición de un libro sobre el pico del petróleo (
El fin de la era del petróleo barato, Icària) escribió el pasado martes un artículo titulado «
La vida después del petróleo», donde enumera algunas de las tendencias que se verán muy pronto, entre ellas algunas de significativas, como viajar menos, más energías renovables, alimentos de proximidad, unas ciudades diseñadas de otro manera, y lo más importante: otra manera de pensar, o sea, alternativas de sociedad para hacer frente a la crisis energética.