Francia, Alemania, Reino Unido, Suecia, Austria, Bélgica, Holanda, Dinamarca y Hungría en Europa, así como Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y Brasil, demandan la protección de los ecosistemas marinos profundos mientras España bloquea cualquier acuerdo, asegura la organización ecologista Greenpeace.
El mes que viene la Asamblea General de Naciones Unidas finalizará sus discusiones sobre la protección de las profundidades marinas, amenazadas por métodos de pesca destructivos como el arrastre de fondo. Es el tercer año de estas negociaciones, resultado de la preocupación internacional ante la acelerada destrucción de estos ecosistemas. Hasta ahora países como Japón, Islandia o España han bloqueado cualquier posibilidad de un acuerdo.
España es una de las principales potencias dedicadas a la pesca de especies de gran profundidad, única explicación a la posición del Gobierno en esta materia.
Greenpeace junto con otras 60 ONG de todo el mundo agrupadas en torno a la Coalición para la Conservación de las Profundidades Marinas, está demandando una moratoria de Naciones Unidas sobre el arrastre de fondo en aguas internacionales para permitir a los científicos identificar qué áreas de las zonas profundas necesitan ser protegidas y para evaluar las bases sobre las que la explotación de los recursos de las zonas profundas puede realizarse de forma sostenible (1).
En las profundidades de los océanos se elevan enormes montañas submarinas de más de 1.000 metros de profundidad. Las más grandes reciben el nombre de "montes submarinos" y, lejos de lo que se pensaba antiguamente, son auténticos oasis de vida. De ellos surgen corrientes ricas en nutrientes que alimentan a diferentes y extraordinarios ecosistemas y albergan cientos de especies, muchas de las cuales son todavía desconocidas para la ciencia.
La mayor amenaza a estas zonas es la pesca de arrastre, una práctica pesquera que ha llegado a las profundidades marinas antes que los científicos. Esta actividad pesquera carece de controles efectivos y de una gestión que garantice la supervivencia de los recursos, lo que está provocando la destrucción acelerada de la biodiversidad de las zonas profundas. Las especies que las habitan tienen ciclos de vida muy largos y se reproducen muy lentamente. La práctica totalidad de las pesquerías en aguas profundas han mostrado sobradamente su carácter insostenible. Una buena muestra es que en septiembre pasado la Comisión Europea solicitó un recorte del 66% de las capturas de especies profundas durante los próximos dos años debido precisamente a su estado de agotamiento.
Mientras que Estados Unidos reafirmaba ayer su apoyo a una moratoria sobre el arrastre de fondo en aguas internacionales no reguladas, el Foro de Islas del Pacífico demandaba hoy a sus miembros el apoyo a esta moratoria. En la Unión Europea, el Gobierno español está bloqueando cualquier avance en la protección de estos ecosistemas pese al apoyo de Francia, Alemania, Reino Unido, Suecia, Austria, Bélgica, Holanda, Dinamarca y Hungría.
"España y la Comisión Europea son ahora los mayores obstáculos para conseguir que la UE apoye una moratoria sobre el arrastre de fondo en alta mar en la Asamblea General de Naciones Unidas. Como resultado, la UE se está quedando a la zaga en la protección de las profundidades marinas. Si este año no se aprueban medidas habremos perdido una oportunidad única para evitar la desaparición de ecosistemas únicos en todo el mundo", declaró Sebastián Losada, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace.