23/12/2005 - 14:00h

Greenpeace intenta frenar la caza de ballenas

Dos barcos de Greenpeace, el MY Esperanza y el MY Arctic Sunrise, se enfrentaron el miércoles a la flota ballenera de la Agencia de Pesca de Japón exigiéndole que "abandonen el Santuario Ballenero de la Antártida inmediatamente". A bordo de ocho lanchas, la tripulación de los dos barcos desplegó pancartas con las leyendas "Defendiendo las ballenas" y "Parad la caza de ballenas" e intentaron bloquear la caza de los cetáceos.
Mientras los activistas de Greenpeace estaban en el agua con las pancartas, dos balleneros aparecieron en escena con varios rorcuales aliblancos muertos colgando del casco listos para ser traspasados al barco nodriza de la flota, el Nisshin Maru. El Esperanza se colocó bloqueando el acceso a la rampa de popa del Nisshim Maru, pero uno de los balleneros intentó por dos veces empujar al Esperanza para apartarlo. El buque de Greenpeace tuvo que retirarse por razones de seguridad. Mientras tanto, desde el puente del Arctic Sunrise, Yuko Hirono, de Greenpeace Japón, pidió por radio que abandonaran la caza de ballenas en el Santuario Ballenero de la Antártida, un área reconocida internacionalmente.

Este año, la Agencia de Pesca de Japón no sólo ha hecho caso omiso de las protestas internacionales y de los continuos llamamientos de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) para que detengan su programa de "caza científica de ballenas", sino que ha decidido unilateralmente aumentar su cuota de captura a más del doble de ejemplares de rorcuales aliblancos hasta un total de 935. Además, han añadido 10 ejemplares del rorcual común, una especie amenazada. Esta ballena es la segunda criatura más grande del planeta, después de la ballena azul.

"Esta caza de ballenas es innecesaria e injustificada. El letrero gigante con la leyenda RESEARCH (investigación) que han pintado en el lateral del barco nodriza de la flota, el Nisshin Maru, no va a engañar a nadie. Una vez que las ballenas han sido medidas y pesadas por los 'científicos' de a bordo, los carniceros empiezan a trabajar y las ballenas son troceadas y empaquetadas para la venta. Esto es un asunto económico, no científico", afirmó Sebastián Losada, responsable de la campaña de océanos.

Greenpeace está utilizando todos los medios de que dispone para acabar con la caza de ballenas a corto plazo y conseguir que ésta sea la última vez que los balleneros ataquen el Santuario. Esto incluye seguirle la pista a quienes está beneficiándose económicamente de las capturas.

La campaña en defensa de las ballenas en el Santuario Ballenero de la Antártida es la primera etapa de una nueva y ambiciosa campaña de Greenpeace, "En defensa de los océanos". Todo el año 2006, el Esperanza será la principal plataforma de Greenpeace para exponer la necesidad de crear una red de reservas marinas que abarque el 40% de los océanos del planeta: lugares que se protegerían de la explotación a gran escala y de la pesca y la caza industrial; lugares desde donde nuestros océanos puedan empezar un proceso de recuperación.

En estos momentos, a bordo de los dos barcos de Greenpeace hay 70 tripulantes y responsables de campañas de 19 países (Reino Unido, Holanda, Canadá, Australia, Ghana, Rusia, Noruega, Dinamarca. EE.UU., Francia, Italia, Japón, Irlanda, India, Nueva Zelanda, España, Suecia, Austria y Argentina).
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