11/07/2008 - 21:00h

Intervida alerta sobre la condiciones de insalubridad en las que malviven más de 1.000 millones de personas

Salubridad.Según las previsiones demográficas, la población del mundo alcanzará los 9.300 millones de personas en 2050, lo cual quiere decir que sería necesario construir en menos de 50 años casi otro mundo como el de 1987, cuando había 5.000 millones de personas, para garantizar unas condiciones mínimas de vida para la población.
Muchas de estas personas malviven en tugurios y asentamientos ilegales, es decir, sin abastecimiento de agua, saneamiento, transportes, electricidad o servicios sociales básicos. Por ello, con motivo del Día Mundial de la Población, Intervida quiere concienciar sobre las condiciones insalubres en las que subsisten millones de personas en el mundo.
 
Según ONU-Hábitat, un 'hogar de tugurio' está constituido por un grupo de personas que viven bajo el mismo techo y carecen de uno o más de los siguientes elementos: residencia permanente, espacio suficiente para vivir, acceso a agua no contaminada, instalaciones de saneamiento y seguridad en la tenencia. Sólo en zonas urbanas, malviven en tugurios unos 1.000 millones de personas, es decir, uno de cada tres habitantes urbanos y la sexta parte de la población mundial. Si a todos ellos les sumamos aquellos que se encuentran en asentamientos rurales y que también viven sin unas condiciones mínimas nos damos cuenta de la importancia de este problema. De hecho, según datos de Naciones Unidas, en el año 2020, 1.400 millones de personas vivirán en asentamientos precarios.
 
Los asentamientos precarios no cuentan con sistemas de saneamiento básico, ni de agua potable y, además, carecen de ventilación y registran unos altos niveles de contaminación. Todo ello, unido a una dieta alimentaria inadecuada que reduce la resistencia de sus habitantes a las enfermedades agrava los riesgos para la salud, lo cual contribuye a mantener las altas tasas de mortalidad y morbilidad, especialmente entre los niños menores de cinco años, por enfermedades intestinales y de las vías respiratorias.
 
El derecho a entornos saludables para la infancia y la adolescencia implica el acceso a servicios básicos de agua y saneamiento de calidad y a un ambiente propicio que proteja la salud y estimule el desarrollo pleno de las capacidades. Este entorno saludable es un concepto integral que reconoce el hogar, la escuela y la comunidad como espacios clave donde transcurre parte importante de la infancia y la adolescencia y se adquieren conocimientos y valores decisivos para la vida.
 
Para lograr este contexto es importante contar con unas infraestructuras mínimas que permitan acceder a estos servicios. Pero estas infraestructuras no son suficientes, sino que es fundamental que las poblaciones cuenten con una formación en aspectos en salud preventiva que les conciencien sobre la importancia de cuestiones como hábitos de higiene para mejorar su salud.
 
Con este objetivo los equipos de INTERVIDA trabajan en las comunidades en las que están presentes poniendo en marcha proyectos que tienen como objetivo la promoción de prácticas higiénicas adecuadas, un factor que combinado con el acceso a agua potable segura y a sistemas de saneamiento básico constituyen una baza fundamental para reducir las tasas de morbilidad y mortalidad.
 
Estos proyectos se desarrollan en tres ámbitos fundamentales: la escuela, la familia y la comunidad. Así, en el ámbito escolar se trabaja con los alumnos y también con los profesores en la promoción de hábitos saludables. Además de tratar de mejorar la situación de las escuelas, este trabajo tiene como objetivo que los escolares repliquen en sus familias lo que aprenden en la escuela sobre hábitos de higiene, de forma que el aspecto preventivo también se amplíe a las familias.
 
Por otro lado, los padres y madres de familia también reciben formación para mejorar sus condiciones sanitarias gracias a hábitos como lavarse las manos antes de manipular comidas, mantenimiento de sistemas de saneamiento y abastecimiento de agua o fórmulas para la eliminación y disposición correcta de basuras y excretas.
 
A nivel comunitario, también se trabaja para la creación de comités de salud que se encarguen de formar a las poblaciones sobre nociones básicas de salud preventiva que permitan mejorar las condiciones de vida en estos asentamientos.
 
Diversos estudios de entidades como la Organización Panamericana de la Salud ponen de manifiesto que las causas de la muerte y la discapacidad por enfermedades relacionadas con el entorno pueden disminuir con cambios sociales y de comportamiento.
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