Emeka Anyaoku, Presidente Internacional de WWF/Adena, comentó: "Nuestra investigación muestra que el africano medio produce un impacto ecológico pequeño, comparado con los estándares occidentales. Pero un número creciente de países africanos están expoliando hoy día sus recursos naturales, o lo van a hacer en un futuro muy próximo, consumiéndolos a un ritmo mayor del que la naturaleza los renueva".
Egipto, Libia y Argelia encabezan la lista de países africanos que viven muy por encima de sus posibilidades ecológicas. Las huellas ecológicas de Marruecos, Túnez, Etiopía, Kenia, Uganda, Senegal, Nigeria, Sudáfrica y Zimbabwe también exceden sus biocapacidades nacionales.
En todo el planeta, el consumo mundial de recursos en 2003 estuvo un 25% por encima de la biocapacidad. La extrapolación de esta tendencia, en el caso de que no se hiciera nada por remediarla y la humanidad continuase actuando como hasta ahora, muestra que el hombre necesitaría los recursos y la capacidad de absorción de deshechos de dos planetas como el que tenemos para 2050.
Como figura en el informe: "La biocapacidad africana es de 1,3 hectáreas globales por persona, sólo un poco más de los que la población del continente ya utiliza, pero un 28% menos que las 1,8 hectáreas globales disponibles para cada persona a escala de todo el planeta". El peligro acecha tras la prevista duplicación de la población africana para el año 2050, que significará pasar de la octava parte de la población del planeta a constituir una cuarta parte de la humanidad.
El informe también destaca que la mayoría de los países africanos se sitúan en el extremo inferior de los valores del Índice de Desarrollo Humano, el patrón de medida del bienestar humano más ampliamente admitido. Al mismo tiempo el stress hídrico que ya sufre gran parte del continente se agudizará en el futuro.
Mathis Wackernagel, Director de la Global Footprint Network y coinventor del concepto de Huella Ecológica, puntualizó: "Existe un fuerte compromiso internacional para mejorar el bienestar humano en África y avanzar en las Metas de Desarrollo del Milenio para reducir la pobreza, el hambre y las enfermedades. Pero para tener éxito a largo plazo precisamos trabajar con en lugar de contra los límites ecológicos".
Wackernagel añadió: "Al final, el desarrollo que ignora los límites de los recursos naturales termina por imponer costes desproporcionados para los más vulnerables y dependientes del buen estado de los ecosistemas naturales, que son los pobres del mundo rural".
El informe señala también algunas tendencias alentadoras, desde la recuperación de las poblaciones de animales silvestres en África oriental, hasta un aumento de la prioridad política concedida al estado del medio ambiente como factor clave de desarrollo. Por ejemplo, en Tanzania se ha reconocido al medio ambiente como vital para la Estrategia Nacional de Reducción de la Pobreza.
Anyaoku finalizó: "Sin duda, África se enfrenta a un gran reto ecológico, pero existen signos alentadores de que se pueden corregir los impactos ambientales. La Huella Ecológica de África está aumentando, pero este no es un problema exclusivo de África. Cambiar esta tendencia está en manos de todos nosotros".