6/10/2006 - 14:52h

Triunfo legal para los ecologistas y para el medio ambiente

El Tribunal Superior de Castilla y León ha vetado la construcción de un gran complejo urbanístico con 1.600 viviendas, un hotel y cuatro campos de golf... por motivos medioambientales.
Recalificación de terrenos protegidos o cómo todo el monte NO es orégano

Los empresarios tienen los medios y el capital; los políticos de entidades locales tienen el poder: el poder de recalificar terrenos. Mediante esta ecuación, media España -especialmente la costa- ha vivido un boom urbanístico que ha llevado a algunas localidades originalmente pequeñas -¿ os acordáis de Marbella ?- a convertirse en marabuntas de cemento que mueren de éxito, y que matan de éxito a la Naturaleza que las rodeaba. Tras la costa, son nuestras montañas las que están en peligro, algunas de ellas incluso con calidad de espacio natural protegido.

Pero recientemente se ha sentado un precedente peligroso - peligroso para quienes pretenden lucrarse invadiendo la Naturaleza con bloques de ladrillos: el Tribunal Superior de Castilla y León ha vetado la construcción de un gran complejo urbanístico con 1.600 viviendas, un hotel y cuatro campos de golf... por motivos medioambientales.

Según El País, el ayuntamiento de Navas del Marqués -Ávila- compró un terreno en un espacio natural protegido que alberga especies así mismo protegidas -cigüeña negra, águila imperial... Posteriormente, 'el alcalde, Gerardo Pérez, fundó una sociedad junto a la Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León (un 20% de las acciones) y la Diputación de Ávila (10%). El consistorio se quedó con un 70%', cita El País. Una vez propietarios del terreno, lo recalificaron, aprobaron la construcción del complejo urbanístico, y lo subastaron al mejor postor. Sacaron 10 millones de euros. Así de fácil.

Pero afortunadamente, esta vez no será posible cometer la tropelía. Un vecino de la zona, indignado porque se recalificó el monte, pero su terreno no, llevó el asunto al Tribunal Superior de Castilla y León. El resultado es que ninguno de los dos terrenos podrá ser urbanizado. En la sentencia, el Tribunal recuerda a los dueños originales del terreno -y simultaneamente, recalificadores del mismo-, que es un espacio protegido, y que la obra no presenta interés público, entre otras razones de peso.

Esta es una sentencia pionera y un gran triunfo para el ecologismo español y para la naturaleza de la Península Ibérica. Desde Soliclima queremos destacar este logro y difundir su existencia, pues pensamos puede sentar jurisprudencia sobre la relación entre urbanismo y medio ambiente, así como la base de una nueva forma de lucha ecologista.

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Noticia original de El País
Asociación ecologista Centaurea
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