La
International Fund for Animal Welfare (IFAW) explica que en el comercio internacional se incluyen pieles, carne y penes (para afrodisíacos de medicina tradicional) de focas. Además, señala a los principales importadores: Noruega, Canadá y China. Para intentar frenar la caza, la organización británica
Respect for Animals and Humane Society International ha realizado un viaje hasta los hielos canadienses.
Según
Greenpeace, la caza de focas tal y como hoy la conocemos en el Atlántico comenzó en 1980. Estados Unidos prohibió en 1972 la importación de productos derivados de las focas, decisión reforzada en 1983, cuando la Unión Europea prohibió temporalmente importar pieles blancas, propias de las crías de foca. En 1989, esta prohibición se hizo definitiva.
Las críticas a la caza de focas en Canadá comenzaron en los 50, cuando, según la International Marine Mammal Association (Asociación Internacional de Mamíferos Marinos), los científicos comenzaron a expresar su preocupación sobre los impactos de la caza de focas de Groenlandia. Los cálculos hablan de un descenso en la población de focas arpa de entre un 50% y un 66% entre 1950 y 1970. Entre 1983 y 1995, la persecución legal y las críticas internacionales redujeron la caza a 51.000 individuos entre 1983 y 1995, aunque, según Greenpeace, la cuota oficial fue de 186.000.
Mark Glover, director de Respect for Animals, ha sido testigo de la caza de focas durante los últimos cuatro años: "He visto las cosas más horribles, focas apaleadas, empaladas y arrastradas con ganchos para después despellejarlas". Glover protesta porque, pese a la prohibición de la Unión Europea, en Reino Unido todavía está permitida la importación de los productos derivados de foca. Mientras esto siga así, dice, "todos tendremos la sangre de las focas en nuestras manos".
Según denuncian desde Respect for Animals and Humane Society International, aunque la caza de focas en Canadá está regulada desde los 70, la cuota anual se basa más en las exigencias del mercado que en criterios científicos. Además, señalan que la cuota ha aumentado constantemente desde los 90, cuando los subsidios estatales fomentaron la caza. Según Greenpeace, el Gobierno de Canadá estableció una cuota de caza de 975.000 focas para el periodo 2003-2005. Respect for Animals reclama que en 2002, los cazadores excedieron en 25.000 crías la cuota establecida. Entre las campañas de 2003, 2004 y 2005 murieron más de un millón de focas, y sólo en 2006 la cifra llegó a 325.000 crías, de acuerdo a las críticas de esta asociación.
Además de la caza, las focas arpa se enfrentan a otras amenazas. Tal y como señala la
International Fund for Animal Welfare (IFAW), otros riesgos son "las propuestas de realizar una matanza selectiva e intensa de poblaciones de focas para beneficiar a la pesca; la disminución de su alimento debido a la pesca excesiva o el cambio climático; la captura incidental en equipo de pesca, así como los contaminantes ambientales".
En diveros países del mundo, los activistas están protestando ante las embajadas o consulados de Canadá, o ante sus propios gobiernos, para solicitar el fin de esta cruel y despiadada matanza. AnimaNaturalis convoca enérgicamente a todo el mundo que quiera protestar contra una de las matanzas más grandes de mamíferos marinos.
AnimaNaturalis, Fundación Altarriba, Los Verdes, PACMA, FAADA y Libera convocan a sendas concentraciones contra la caza de focas, en Madrid y en Barcelona.
En Madrid:
Día: Jueves 20 de Abril
Lugar: afueras de la Embajada de Canadá (Calle Núñez de Balboa 35, Esq. Goya, metro Velázquez).
Hora: 17:00h.
En Barcelona:
Día: Jueves 20 de Abril
Lugar: afueras de la oficina comercial de Canadá (Plaza Cataluña 9, esq. Rambla de Cataluña
Hora: 17:00h.