Según científicos del Programa de Seguridad Alimentaria y Mediambiental (FSE) de la Universidad de Stanford, el volumen de las cosechas será afectado por el aumento de la temperatura y los cambios en la precipitación pluvial. Los investigadores centraron su atención en 12 regiones donde residen las poblaciones más desnutridas del mundo, de acuerdo con la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de las Naciones Unidas. Esas regiones incluyen América Central, Sudamérica, el Caribe, gran parte de Asia y el África subsahariana.
Para determinar el impacto del calentamiento global en la agricultura de esas regiones, los autores analizaron 20 modelos de cambio climático y establecieron que para 2030 la temperatura media en la mayoría habrá aumentado en un grado centígrado. Además, podrían reducirse las precipitaciones pluviales en algunos lugares como el sur de Asia, África meridional, América Central y Brasil, indicó el informe.
"Para identificar qué cosechas estarán más amenazadas para 2030, combinamos proyecciones del cambio climático con datos sobre los hábitos alimentarios de su población, así como la relación entre las cosechas y la variabilidad climática", dijo David Lobell, científico de FSE y autor principal del estudio.
Ese análisis reveló que el impacto del cambio climático se hará sentir con mayor fuerza en los sectores agrícolas del sur de África y de Asia. "Nos sorprendió la magnitud y la celeridad con que esas regiones sufrirán si no nos adaptamos", indicó Marhsall Burke, investigador de FSE.
Burke reveló que el estudio sugiere que el sur de África podría perder más del 30 por ciento de sus cosechas de maíz, su principal cultivo alimentario, en las próximas dos décadas, lo cual posiblemente tenga efectos de hambruna devastadores en la región. Añadió que las pérdidas potenciales en Asia meridional también serán importantes y podrían ser de un 10 por ciento o más en cultivos básicos como mijo (una gramínea también conocida como trigo candeal), maíz y arroz.
"Para los agricultores marginales que viven al borde de la supervivencia, estas pérdidas podrían ser realmente devastadoras", apuntó Burke. Las zonas de África occidental y las regiones al sur del Sahara tienen un alto nivel de inseguridad y de dependencia a la agricultura, así como un nivel considerable de incertidumbre respecto al cambio climático.
"Para estas regiones, la mitad de los modelos climáticos señalan que van a ser más húmedas y la otra mitad manifiestan lo contrario. Como resultado, nuestro estudios revelan un impacto muy negativo, aunque es menos seguro que en otras zonas", precisó Burke.
Según los científicos, el peligro que representa el cambio climático en las próximas décadas exige que se realicen adaptaciones que exigirán inversiones sustanciales de los agricultores, de los Gobiernos, los científicos y las organizaciones de desarrollo.