Estados Unidos, uno de los países más contaminantes del mundo, se ha negado reiteradamente a suscribirse al Protocolo de Kioto pero California, haciendo uso de su categoría de estado federado de la Unión, se ha comprometido a rebajar las emisiones de CO2.
En 2020, California habrá reducido en un cuarto sus emisiones de dióxido de carbono y otros gases contaminantes, hasta llegar al nivel de 1990. Ese es el acuerdo al que ha llegado el gobernador republicano Schwarzenegger y el órgano legislativo estatal, en manos de los demócratas.
Los grandes lobbies de la industria recurrirán ante los tribunales, pero la Casa Blanca reconoce la capacidad de decisión del estado californiano.