Se tienen grandes expectativas sobre lo que está ocurriendo en Copenhague, y seguro que si las expectativas no se cumplen, culparemos a los políticos de lo que ocurra con el clima durante los próximos años. Pero no somos niños a los que hay que decir qué hacer. Somos nosotros, en nuestro día a día, en nuestras casas, en nuestras empresas, al diseñar los procesos productivos, al diseñar los edificios donde vivimos, al coger el coche para ir a comprar tabaco... los que decidimos día a día el futuro que queremos tener.