"Hay que tener claro que aunque se cese ya de emitir CO2 en todo el mundo, el cambio climático esta ahí, es una curva ascendente y no se para. Por eso, la estrategia de Cantabria pretender prever qué efectos van ser, cómo nos van a afectar y prepararnos para ellos", señaló el director general de Medio Ambiente.
García-Oliva afirmó que el objetivo de Medio Ambiente es que la estrategia sea participativa porque cree "en la participación pública". De hecho, el CIMA ya ha elaborado un proceso de participación pública, donde se darán cabida a ciudadanos, asociaciones y colectivos "para que puedan dar su opinión y plantear lo que quieran, que se tendrá en cuenta", aseguró.
Al respecto, manifestó que "una parte fundamental" de la lucha contra el cambio climático implica al ciudadano, "a sus hábitos y su forma de comportarse" respecto al medio ambiente y los recursos; una parte "importante" corresponde a las industria; y otra a las administraciones.
En este sentido, afirmó que Medio Ambiente defiende que la Administración "tiene que dar ejemplo" y ahí reconoció que "se puede entonar un mea culpa", pues "no todos los edificios de la administración son energéticamente eficientes, por no decir lo contrario".
"Muchas veces, desde la administración somos los más derrochadores de energía, desde la calefacción al papel", consideró, e indicó que se ha realizado una auditoría ambiental del edificio de la Consejería de Medio Ambiente que se dará a conocer en breve pero "no da buenos resultados". "Tenemos que empezar por nosotros mismos para dar ejemplo", enfatizó.
Aunque actualmente la Estrategia Cántabra contra el Cambio Climático todavía es un borrador, hay "determinadas medidas" que contempla el documento que ya se están implementando, como fomentar el transporte sostenible intensificando la actuación de la Consejería de Medio Ambiente sobre vías verdes y carriles-bici; o las energías limpias, mediante subvenciones, creadas ya la pasada legislatura, para la instalación de paneles solares en edificios públicos. A ello se suman otras líneas de subvención, como las dirigidas a la selección y gestión de residuos.
García-Oliva indicó que, en función de los siete ejes que contempla la estrategia (energías limpias, ahorro y eficiencia energética, movilidad sostenible, gestión de los residuos, sumideros de carbono, adaptación al cambio climático, e investigación, formación y sensibilización), se implantarán otras líneas, actualmente "en fase de análisis".
Así, este año se dedicará, fundamentalmente, a continuar fomentando las medidas existentes, aunque el director general avanzó que "tenemos proyectos, alguno importante que afectará a Santander, pero que aún no está definido".