Chile ha sido una de las economías más florecientes de Latinoamérica durante los últimos años, basada principalmente en la exportación, pero el cambio climático podría suponer un gran reto para este país.
El vino, la fruta y los productos forestales conforman una cuarta parte de las exportaciones. Los vinos serían especialmente vulnerables a un cambio de las temperaturas o de la cantidad de lluvia.
Otra área donde el cambio puede tener efectos es el suministro de agua. El ritmo de deshielo de los glaciales andinos se ha incrementado mucho durante los pasados años, debido al aumento de temperatura. Los científicos aseguran que el suministro de agua en Chile es menos dependiente de los glaciales que otros países de la zona, como Perú o Bolivia. Pero les preocupa la combinación de mayor demanda, menor cantidad de lluvia, menor cantidad de nieve deshaciéndose y menos agua atrapada en los glaciales; piensan que podría tener consecuencias, especialmente durante los meses de verano. La disminución de caudal de los ríos también se dejaría notar en la producción hidroeléctrica, que proporciona más de la mita de la electricidad en el centro del país.
Chile sólo es responsable de una ínfima parte de las emisiones mundiales de CO2, pero si lo expresamos per cápita, es una de las mas emanaciones emite en toda Latinoamérica. Los críticos apuntan a que Chile tiene planeado ya construir varias centrales térmicas a base de carbón, lo cual es parcialmente una respuesta al cese de exportación de gas que Argentina le proporcionaba hasta hace poco; Argentina también tiene escasez de producción de energía.
Según la Comisión Nacional de Energía de Chile, el carbón producirá el 255 de la electricidad chilena en 2020, y las emisiones se cuatriplicarán de aquí a 2030.
Fuente: BBC