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La Fundació per a la Conservació i Recuperació d'Animals Marins (CRAM) ha elaborado un informe sobre la supuesta presencia anormal de elasmobranquios en nuestras costa en el que explica que no existen «de moment» datos suficientes para establecer una relación entre el cambio climático y la presencia de tiburones en litoral catalán durant el verano pasado. 

 

Durante el verano del pasado año 2007 se dio un número anormalmente elevado de avistamientos de tiburones y rayas en el litoral catalán. El aviso de la presencia de elasmobranquios (tiburones y rayas) en nuestras costas en plena época de vacaciones provocó que los mediáticamente considerados "temibles escualos" ocuparan lugares destacados en los medios de comunicación, generando la alarma entre los veraneantes.

Por ello, la Fundación CRAM ha estado elaborando desde entonces un informe con el objetivo de listar los recientes acontecimientos relativos al avistamiento, captura y varamientos de estos animales y la supuesta presencia inusual de algunas especies de elasmobranquios en nuestras costas.

Para realizar dicho informe, se contactó con investigadores, administraciones y responsables de redes de varamientos del litoral mediterráneo español (Valencia, Murcia, Andalucía y Baleares) y de otros países de la cuenca (Francia, Italia, Malta, Eslovenia, Argelia, Marruecos y Túnez). A todos ellos se les preguntó si durante este verano, o los más recientes, habían detectado algún hecho destacable referente a esta familia de peces cartilaginosos. Sólo Francia y Argelia confirmaron algún tipo de anormalidad: Francia destacó el cierre de una playa en julio por la presencia de tres tintoreras pero también subrayó la ausencia de tiburones en el mediterráneo francés. Argelia, asimismo, informó de la presencia casi nula de tiburones en zonas donde suelen ser habituales.

Sin embargo, la Fundación CRAM tiene constancia de que en verano de 2007 se registraron en Cataluña los siguientes avistamientos y varamientos en las playas y cerca de la línea de costa: dos tiburones grises (Carcharinus plumbeus), cuatro peregrinos (Cetorhinus maximus), un tiburón martillo (Sphyrna zygaena), dos cañabotas (Hexanchus griseus), dos tembladeras (Torpedo torpedo), tres pastinacas (Dasyatis violacea), cuatro ejemplares de gran raya manta (Mobula mobular) y una tintorera (Prionace glauca). Un total de 20 individuos que superan en mucho a los detectados en años pasados: tres ejemplares en el año 2003, cinco en el 2004, dos en el 2005 y otros dos en el 2006. De todas las especies avistadas, hay tres cuya presencia en nuestras latitudes no es nada habitual: el tiburón gris, el tiburón martillo y la gran raya manta.

¿Podrían estos datos significar que ciertos cambios en el medio están afectando al comportamiento de estas especies? No lo parece. Los datos observados respecto a la temperatura del agua de superficie y los relativos a la concentración de clorofila, que indica la presencia más o menos abundante de fitoplancton, se muestran similares en los últimos cinco años.

¿Podrían deberse a un desplazamiento generalizado de las especies desde zonas más tropicales hacia los polos como consecuencia del calentamiento global? Bueno, a pesar de que eso ya ha sido probado en el Atlántico nororiental tras más de treinta años de muestreo, no puede aseverarse en el Mediterráneo porque, sencillamente, faltan datos

Así que, a pesar de constatar un incremento notable en el número de avisos y de animales aparecidos en el litoral catalán, no existen por el momento datos suficientes para establecer ninguna relación entre los sucesos ocurridos y ciertos cambios en los patrones climáticos. Y aunque la aparición de algunas especies se puede considerar rara o excepcional, las especies aparecidas están normalmente en el Mediterráneo.

Con los datos de los que se dispone, esas son nuestras conclusiones. Esperemos que en el futuro nuevas investigaciones puedan aportar más luz sobre fenómenos de este tipo.

Más información:

Descargar el Informe del CRAM.