Según este estudio, el CO2 supone el 80% de los gases emitidos a la atmósfera por la actividad humana. Y de esa cantidad, el 40% proviene de las centrales térmicas (producción de electricidad mediante combustión fósil). Con estos datos en la mano, a los autores les parece más eficiente intentar almacenar el CO2 que producen estas centrales que evitar las emisiones de producidas mediante los coches, por ejemplo.
Los autores son conscientes de los inconvenientes que tendría este procedmiento, a saber:
- su consumo energético sería más elevado que el de las centrales convencionales.
- el almacenamiento de CO no está suficientemente estudiado, con lo cual se desconoce su viabiliad a largo plazo
- es más que probable la oposición a este tipo de centrales de las poblaciones más cercanas
Desde un punto de vista económico, ahora mismo no sería la opción más barata, dado que almacenar una tonelada de CO2 saldría más caro que comprar los derechos de su emisión en el mercado, pero será una alternativa competitiva hacia 1014, cuando los precios de las emisiones suban debido a la presión del mercado.
El informe finaliza concluyendo que ésta podría ser una opción viable para recortar las emisiones a corto plazo.