Los incendios no son sólo noticia aquí, sino que hay lugares donde estos fenómenos están causando auténticos estragos. En 2003, el fuego destruyó 38.000 km2 de bosque en Siberia. La nube de humo fue tan grande que llegó a alcanzar a Estados Unidos.
Según los investigadores “en el siglo pasado un bosque típico de Siberia tardaba unos 100 años a recuperarse de un incendio, antes de volverse a quemar. Pero científicos rusos han observado que los fuegos son ahora más frecuentes, cada 65 años aproximadamente. Al mismo tiempo, las temperaturas anuales en Siberia han subido 2ºC, el doble que el promedio global. Y desde 1990 se ha acelerado el calentamiento de Siberia."
El cambio climático está provocando que las primaveras sean más calientes y que las plantas florezcan antes. Los científicos han observado la región durante un periodo de 18 años a través de imágenes de satélites y han detectado que, de 1982 a 1999, casi todos los ecosistemas siberianos demostraron un avance del periodo de florecimiento primaveral.
Los investigadores consideran que el prolongamiento de la época de crecimiento de los ecosistemas está vinculado a la relación o feedback entre la atmósfera y el bosque, en cual responde al incremento de los niveles de gases de efecto invernadero y a temperaturas más altas.
Se cree que, en las partes continentales de Siberia central, la oscilación ártica y las correspondientes olas de calor controlan el régimen del fuego, mientras que en el este de Siberia, el fenómeno de El niño y las sequías desempeñan un papel importante: “Siberia central tiene un clima más continental. Estas alteraciones estacionales, así como los incendios, están ligados a los cambios de temperatura y a un patrón del clima que los científicos llaman la oscilación ártica. En la costa este de Siberia, el Pacífico desempeña un papel más importante, y el fenómeno del El Niño junto con las bajas precipitaciones determinan qué sucede al bosque", afirman los investigadores.