Así lo afirmó este martes Pancho Campo, presidente de la sección española de la
Academia del Vino (The Vine Academy), entidad que ha organizado la II Conferencia
Cambio Climático y Vino 2008, que se celebrará los próximos 15 y 16 de febrero en Barcelona y en la que se abordarán dichas cuestiones.
Según Campo, hay que tener en cuenta que el vino se hace con uvas en cuyo crecimiento influyen el tiempo, la temperatura del sol, la radiación solar y la humedad, unos parámetros a los que está afectando de forma incuestionable las fluctuaciones del clima.
Así, en los vinos sube la graduación alcohólica porque se acumula más azúcar en las uvas, que es lo que la levadura transforma en alcohol. Por ello, frente a los 12,5 grados de un rioja o un burdeos tradicional, ya se ven vinos en Aragón por encima de los 16,5%, e incluso hasta de 17 grados, explicó el experto, según el cual ha habido un aumento de 1,2 grados de temperatura media.
En cuanto a la acidez, baja porque el calor disminuye la cantidad de ácido tartárico, sube el PH y aumenta el potasio en vino y uvas, con lo que el vino tiene menos frescor, es más empalagoso, se puede guardar menos y tiene más riesgo de contaminación microbiana.
La vendimia, ocho días antes La vendimia también se ha visto afectada, según Campo, ya que se ha adelantado un promedio de ocho días, de la misma manera que se han alterado los parámetros de pluviosidad. "Ahora llueve mucho cuando no toca y muy poco cuando la planta necesita más agua, y estos cambios favorecen la aparición de muchas plagas", señaló.
Otro fenómeno que se ha detectado con el cambio climático es que hay más radiaciones ultravioleta del tipo B, que en los humanos se asocia al cáncer de piel, y que sobre las uvas quema la piel y hace que se sequen antes, lo que da lugar a aromas no deseados en el vino.