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Si se mantiene la tendencia constatada en el último medio siglo, el pulpo, la almeja babosa y el berberecho podrían terminar cotizándose como marisco de lujo ya que su producción cada vez será más escasa. Como contrapartida abundará el percebe en las costas de Galicia. 

 

 

La razón de estas alteraciones está en el cambio climático, cuyos efectos se han dejado notar ya en los recursos marinos de la comunidad autónoma desde los años sesenta y cuyo impacto se prevé que sea aún mayor en el futuro.

 

En conjunto, los científicos han detectado una reducción de un 13 por ciento en la producción pesquera de las Rías Baixas durante los últimos cuarenta años.

Ésta es una de las conclusiones que ha extraído el grupo de expertos al que la Consellería de Medio Ambiente ha encargado un análisis sobre los efectos del cambio climático en Galicia. Los científicos, procedentes de las tres universidades gallegas, pusieron ayer en común sus estudios durante una jornada celebrada en Santiago.

El impacto del cambio climático sobre los recursos pesqueros se debe, por un lado, al aumento de la temperatura media del agua que se ha elevado en 0,27 grados centígrados cada década durante los últimos treinta años. La otra razón son las alteraciones en el afloramiento, que son las masas de agua fría ricas en nutrientes que ascienden desde las profundidades marinas a la superficie. Los científicos utilizan este indicador ya que es el principal responsable de la fertilidad de las costas gallegas. El problema es que para que existan estas corrientes se necesitan vientos del nordeste y estos se han reducido en un 30 por ciento desde 1970, de manera que el litoral gallego ya no es tan fértil como antes.

 

Los científicos constataron que hay 75 días menos al año con vientos del nordeste y que, por el contrario, cada vez predominan más los vientos del sur.

 

El afloramiento sirve también para renovar las rías. Al reducirse estas corrientes, el agua en las Rías Baixas tarda el doble en reciclarse y esto explica que cada vez sean más los días al año en los que los polígonos de cultivo de mejillón están cerrados.

 

Este molusco sufre también los cambios que se están produciendo en la composición del agua. Desciende su PH y aumenta la acidez, lo que dificulta la calcificación de algunas especies, entre ellas el mejillón.

 

Nuevas especies

 

Y mientras algunos recursos pesqueros de Galicia están amenazados por el cambio climático, empiezan a proliferar peces de carácter tropical, que en los últimos años han aumentado "fuertemente", según los expertos.

 

En los últimos sesenta años se ha constatado también un aumento del nivel de mar en Galicia. En Vigo ha sido de 27 milímetros por década y en A Coruña de 13. Y, entretanto, la altura de las olas tiende a descender una media de 33 milímetros por década, según los cálculos de los científicos.

 

"Se cierne un problema de calado sobre la sociedad gallega", advirtió el conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, durante la clausura de las jornadas. "Hay que barajar la hipótesis del peor escenario posible para poder estar preparados para lo que ocurra", aseguró.