10/09/2018 - 12:57h
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El clima siempre ha sido un factor de atracción para el turismo, sin embargo, Martín-Vide, catedrático y coordinador del Grupo de Expertos de Cambio Climático de Catalunya, explica - "este año hemos experimentado mínimas de 29 grados que han hecho menos agradable la vida de los habitantes, así como de los visitantes, y no podemos obviar ese hecho". El experto deja muy claro que el clima, si bien a largo plazo, va a generar cambios en las preferencias de los turistas, "en los últimos años no está como factor que explique las fluctuaciones. Una ola de calor de un mes para otro no se puede prever".
El turismo de sol y playa será el más perturbado por la subida paulatina de temperaturas. "Es una opción más que no teníamos contemplada, que de repente ha aparecido y que los destinos españoles tienen que enfrentar sí o sí, y con rapidez", advierte Eduardo Parra, presidente de la Asociación Española de Expertos Científicos en Turismo, haciendo referencia a los cambios relacionados con el clima y el turismo.
Si bien respecto a estos temas no hay consentimiento de opinión entre los expertos, la mayoría señala que España –como país en que predomina la atracción del llamado turismo de sol y playa– va a tener que competir con nuevos países a largo plazo que, con el incremento de la media de la temperatura, se volverán más atractivos y recibirán más turistas internacionales. "Países como Hungría, Croacia, Suecia, Gran Bretaña, Noruega o Canadá van a tener más horas de sol y un máximo de temperatura, por lo que el turista se va a ir hacia allí", cuenta Parra.
En el territorio peninsular también se prevén cambios. En 20 o 30 años, tendremos la expectativa de elegir entre veranear en la Costa Brava o en las playas de Galicia con tal de encontrar un verano soleado. Según la BBC, el pasado mes de julio fue el más caliente en 260 años a nivel global.
Por otro lado, Científicos del Reino Unido y los Países Bajos han advertido de que la Tierra podría atravesar un ‘punto de no retorno’ para 2035 si los gobiernos no actúan firmemente a la hora de luchar contra el cambio climático, ya que sería poco probable limitar el calentamiento global por debajo de los 2°C en 2100.
Para limitar el calentamiento global a 1,5°C en 2100, la humanidad tendría que tomar medidas climáticas fuertes mucho antes. Solo habría que esperar hasta el 2027 para iniciar a hacerlo si se pudiese aumentar la participación de las energías renovables a una tasa del 5% anual.
Aunque para los científicos ya se ha superado el ‘punto de no retorno’ para el escenario de acción climática más modesto, donde la proporción de renovables aumenta en un 2% cada año. En este escenario, a menos que se elimine el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera, ya no es posible alcanzar el objetivo de 1,5°C en 2100 con una probabilidad del 67%, según los expertos.
La eliminación de los gases de efecto invernadero de la atmósfera, mediante el uso de la tecnología de "emisiones negativas", podría dar a la Tierra un poco más de tiempo: entre 6 y 10 años.