30/04/2010 - 10:05h

El cambio de hábito de los consumidores podría frenar el cambio climático

Hacer turismo en países lejanos aumenta las emisiones de CO2

Un análisis de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en los hogares suizos revela que hay una gran diferencia entre aquellos que consumen más y los que consumen menos. La diferencia puede alcanzar las 17 toneladas anuales. Si todos los hogares se esforzasen en imitar los modelos de consumo de los que emiten menos, sería más fácil frenar el cambio climático.

El Protocolo de Kioto requeire de la Unión Europea reducir las emisiones de GEI en un 8% por debajo de los niveles de 1990 para el 2012. El Panel Intergubernamental para el Cambio Climático ya ha confirmado que los cambios en el estilo de vida y en los modelos de comportamiento pueden ayudar a frenar el cambio climático, pero hay todavía pocos detalles de lo que implicaría esos cambios.

El estudio ha examinado los modelos de consumo de hogares suizos y ha estimado las emisiones de GEI asociadas a diferentes áreas de la vida cotidiana, tales como la comida, el transporte, ocio y hogar. Se recolectaron datos de la Hacienda suiza de 200-2003 que cubría más de 14.000 hogares. Los investigadores compararon el 10% de las viviendas con más emisiones, y el 10% de las viviendas con menos emisiones. Los resultados demostraron que las emisiones varían considerablemente. Las diferencias entre los dos grupos se debían fundamentalemente al uso del coche, del sistema de la calefacción y al uso regular de la aviación.

Un análisis más cercano eveló que los que hogares de pocas emisiones no sólo consumen menos productos, sino que también tienden a consumir productos que emiten menores niveles de GEI. Por ejemplo, tienden a gastar menos en transporte y consumen menos carne y menos aparatos electrónicos. Invierten, por el contrario, más tiempo en actividades de ocio, tales como el cine, el teatro o el deporte, que producen relativamente menos emisiones. Tienden a vivir en zonas urbanas donde el ocio, los productos de alta calidad y el transporte público son más accesibles.

Se descubrió que hay una serie de patrones de conducta que describen al llamado "consumidor verde", el que genera pocas emisiones. No se encontró un indicador claro que identifique a los consumidores verdes. Se encontraron, por ejemplo, grandes emisores que compraban comida bío, vivían sin coche y eran vegetarianos.

Lógicamente, un cambio en los hábitos de consumo de una gran parte de la población, podría reducir en masa las emisiones de GEI del país. Por ejemplo, el objetivo que Suiza tiene impuesto por el Protocolo de Kioto de reducir en un 8% sus emisiones durante este año, se podría alcanzar si el margen de los hogares de "consumidores verdes" pasase del 10% al 26%. Lo mismo ocurriría si el 9% de los consumidores con mayores emisiones cambiasen su patrón de conducta de forma que produjesen sólo la media.

Más información en mailto:bastien.girod@env.ethz.ch

Fuente: Unión Europea

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