El Protocolo de Kioto puso los límites de contaminación que cada país puede emitir y estableció que todo lo que rebasara esa barrera tendría un precio. Un informe elaborado por Comisiones Obreras situó ayer a España y Canadá como los países más alejados de cumplir lo establecido en el Protocolo de Kioto.
La factura para el caso español, en caso de que la tendencia no cambie radicalmente, asciende a unos 3.500 millones como mínimo y 6.000 millones como máximo.
El dinero servirá para pagar los 100 millones de toneladas de CO2 anuales que España deberá comprar. ¿ Y por qué tiene que comprar tanto? Porque España emite hoy día un 52.88% más de gases contaminantes que en 1990 y Kioto no permite más de un 15% de más sobre el año base.
La situación, según CCOO, no mejoró tampoco el año pasado. La sequía -que redujo la producción de energía hidráulica un 40%, el modelo de crecimiento basado en la construcción y la falta de medidas del Gobierno contribuyeron a que sólo en 2005 las emisiones crecieran un 3.39%.
Ante este panorama, la ministra Cristina Narbona, no le quedó otra que adminitir la evidencia. 'Seguiremos haciendo el máximo esfuerzo para cumplir Kioto en 2012, desarrollando nuevas medidas y aplicando eficazmente las que están en marcha', subrayó la responsable de Medio Ambiente al mismo tiempo que reclamaba la implicación de todas las administraciones y de los sectores que, en principio, más tienen que decir en la emisión de gases contaminantes.
A todo esto, la Asociación Nacional de Auditores y Verificadores Medioambientales señaló ayer que las empresas que fabrican productos para la construcción son las que 'necesitan más ayuda' para cumplir el protocolo, mientras que el sector energético es el que está más preparado para aplicar la reducción de emisiones. Para las constructoras, la solución pasa sólamente por un cambio en el modelo de edificacion completamente distinto al actual.
Fuente: El Economista 20 de abril de 2006