26/05/2006 - 13:00h

El Protocolo de kioto, un freno al efecto invernadero

En la actualidad, son 129 países los que han ratificado este acuerdo, que persigue conseguir reducir un 5,2 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero globales sobre los niveles del año 1990
Los gobiernos acordaron en 1997 el Protocolo de Kioto del Convenio Marco sobre Cambio Climático de la ONU (UNFCCC). El acuerdo ha entrado en vigor sólo después de que 55 naciones que suman el 55 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero lo ha ratificado. En la actualidad 129 países, lo han ratificado alcanzando el 61,6 por ciento de las emisiones como indica el barómetro de la UNFCCC.

El objetivo del Protocolo de Kioto es conseguir reducir un 5,2 por ciento las eimisiones de gases de efecto invernadero globales sobre los niveles de 1990 para el periodo 208-2012. Este es el único mecanismo internacional para empezar a hacer frente al cambio climático y minimizar sus impactos. Para ello contiene objetivos legalmente obligatorios para que los países industrializados reduzcan las emisiones de los 6 gases de efecto invernadero de origen humano como dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), además de tres gases industriales fluorados: hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6).

La Unión Europea se ha comprometido, dentro del Protocolo de Kioto, a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero un 8 por ciento sobre los niveles de 1990 para el período 2008-2012. Dentro de las negociaciones internas en Europa para un correcto reparto de compromisos de reducción, y con objeto de llegar a la convergencia económica europea, España se comprometió a no aumentar sus emisiones de gases de efecto invernadero por encima del 15 por ciento sobre los niveles de 1990. En esos momentos, el nivel económico de España estaba 22 puntos por debajo de la media europea, por lo que era coherente no permitir a España un aumento superior al 15 por ciento, lo cual corresponde a una diferencia de 23 puntos respecto al compromiso europea de reducir las emisones un 8 por ciento.

El consumo de energía primaria en España ha pasado de cerca de 90 millones de toneladas equivalentes de petróleo en 1990 a más de 130 Mtep en el año 2002, un 46 por ciento de aumento. Lamentablemente, la política energética del Gobierno ha hecho que nuestras emisiones de gases de efecto invernadero haya crecido constantemente, llegándose hasta un aumento del 38 por ciento sobre los niveles de 1990, lo cual supone que hemos superado en 23 puntos nuestro límite máximo de emisiones.

El comercio de emisiones

El comercio de emisiones es, como su propio nombre indica, una compra-venta de emisiones de gase de efecto invernadero entre países que tengan objetivos establecidos dentro del Protocolo de Kioto: es decir entre los países industrializados o pertenecientes al Anexo I del Protocolo de Kioto. De esta manera, los que reduzcan sus emisiones más de lo comprometido podrán vender los certificados de emisiones excedentarios a los países que no hayan alcanzado cumplir con su compromiso. Dentro de las emisiones con las que se podrá negociar, se encuentran todas las emisiones de los gases de efecto invernadero procedentes de las cuotas de emisión asignadas por Kioto y de las emisones procedentes de la Aplicación Conjunta. Si algún país vendiese más cuotas de emisión de las permitidas se le prohibirá vender CO2 hasta que restaure los niveles exigidos teniendo un plazo de 30 días para ello. El comercio de derechos de emisión no reduce por sí mismo las emisiones, sino que puede suponer una redistribución de las emisones entre los países industrializados. La única manera de que este instrumento tenga algún beneficio medioambiental es establecer con cuota total estricta de los derechos de emisión que garantice el complimiento del Protocolo de Kioto.

Diari de Tarragona extra, 16 de mayo de 2006
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