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La deforestación es causa de cambio climático, porque los bosques consumen CO2 para sobrevivir, y además lo almacenan en la misma planta. Por este motivo, es recomendable utilizar maderas y papeles procedentes de bosques gestionados de forma sostenible, por el bien de todos.

Hay países que esquilman sus bosques y compran armas con el dinero obtenido, perpetuando en el poder a gobernantes que fomentan la deforestación. Tal es el caso de Birmania, productora de madera teca, que es muy utilizada para los muebles de jardín.

Existe otro fenómeno poco conocido: En Indonesia se destruyen selvas vírgenes para crear cultivos de aceite de palma, que es muy utilizado en empresas occidentales de alimentación por ser más baratos que otros.  El queso de untar Philadelphia o las patatas Pringues utlizan este tipo de aceite, fomentando el cambio climático.

Aunque nos parezca extraño, comer carne tiene también unas consecuencias graves sobre el medioambiente. En Brasil, gran productor de carne, se está talando parte de la selva para hacer sitio a pastos para el ganado. Algunos subproductos de la ganadería, como el cuero, son comprados por empresas de renombre, como Nike, para la fabricación de sus zapatillas.

Por todos estos motivos, es conveniente que visites páginas como la  de greenpeace para informarte acerca de cuáles son las empresas más y menos sostenibles. Como consumidores, tenemos una gran capacidad de presión sobre la forma en la que se fabrican los productos, ya que los fabricantes cambiarán su gestión si ven que las ventas bajan debido a su fama de insostenibles.

En el caso de la madera, existen muchos certificados internacionales, pero el único recomendado por organizaciones ecologistas como WWF o Greenpeace es el FSC.

Más información sobre el certificado forestal FSC:

Fuente: Soliclima