5/03/2008 - 16:00h

Enriquecer al mar con hierro estimula el crecimiento del fitoplancton y la absorción de CO2

Océano.Un grupo de científicos ha comprobado finalmente la teoría de que la fertilización de los océanos con hierro desencadena un masivo florecimiento del fitoplancton y una absorción del dióxido de carbono, uno de los gases que provoca el efecto invernadero. Eso quiere decir que es posible contener el calentamiento global a través de la absorción de miles de millones de toneladas de carbono atmosférico cada año: por cada átomo de hierro añadido al agua, el fitoplancton absorbe entre 10.000 y 100.000 átomos de carbono a 100 metros de profundidad.
 
Un grupo de científicos enriqueció con hierro dos zonas del océano austral y descubrió una floración masiva de fitoplancton, planta marina microscópica que absorbió 30.000 toneladas de dióxido de carbono, uno de los principales componentes del efecto invernadero.

Si estos datos se extrapolaran a grandes regiones del océano austral, los resultados obtenidos en el experimento sugieren que una masiva fertilización con hierro en el mar podría contener el calentamiento global a través de la absorción de miles de millones de toneladas de carbono atmosférico cada año.

Los artífices de este descubrimiento, dirigidos por el Doctor Kenneth Coale, del Moss Landing Marine Laboratories (MLML), y el Doctor Ken Johnson, del Monterey Bay Aquarium Research Institute (MBARI), han confirmado así las evidencias de estudios precedentes sobre la relación entre fitoplancton y hierro, uno de sus nutrientes esenciales.

Estos estudios habían sugerido que durante los últimos cuatro períodos glaciares, el océano austral contenía una gran cantidad de fitoplancton y recibía grandes cantidades de polvo rico en hierro. Se cree que ambos fenómenos contribuyeron positivamente al enfriamiento de la Tierra durante los períodos glaciares.

Cuatro veces más fitoplancton

Durante el experimento, relatado en la revista Science, los científicos del SOFeX (Southern Ocean Iron Enrichment Experiments), añadieron hierro a las aguas superficiales de dos zonas del océano austral de 15 kilómetros cuadrados de extensión cada una.

La concentración de hierro se elevó a 50 partes por trillón, lo que provocó una cuadruplicación del fitoplancton en ambas zonas del océano austral y la subsiguiente absorción del dióxido de carbono.

Esta constatación es la que confirmaría que una masiva fertilización del océano con partículas de hierro podría contener el actual calentamiento global. El mar en sí mismo es un absorbente de CO2 atmosférico y un emisor de oxígeno, con una intensidad que vería según las regiones.

Tal como explica al respecto el Berlekely Lab, el experimento se desarrolló con ayuda de robots a comienzos de 2002, después de una fertilización del agua del mar con hierro durante varias semanas, en lo que constituye la primera experiencia que demuestra la validez de la así conocida Iron Hypothesis.

Hipótesis confirmada

De hecho, el SOFeX se creó para testar la Hipótesis del Hierro, según la cual fertilizando la superficie del océano a base de hierro, es posible multiplicar la población de fitoplancton y disminuir drásticamente el calentamiento global.

El fitoplancton es un compuesto microscópico de vegetales que se encuentra tanto en el mar como en el agua dulce y comprende bacterias, organismos y algas en forma de células aisladas o de pequeñas colonias.

La densidad del fitoplancton marino se puede averiguar gracias a su pigmentación, ya que la clorofila absorbe la luz solar y el dióxido de carbono atmosférico, sintetizando así alimento orgánico.

La luz reflejada por la clorofila de las plantas microscópicas marinas permite que los detectores de algunos satélites puedan medirla con bastante exactitud. De esta forma, puede medirse la concentración de fitoplancton de los océanos y mares, así como la cantidad de dióxido de carbono absorbida por el fitoplancton.

Robots de precisión

En el experimento, sin embargo, se utilizaron robots para medir la fertilización a base de hierro, así como la reacción del fitoplancton. Se midieron los impactos dentro y fuera de la zona fertilizada y se comprobó que por cada átomo de hierro añadido al agua, el fitoplancton absorbe entre 10.000 y 100.000 átomos de carbono a 100 metros de profundidad, donde la luz apenas puede influir en el crecimiento de la planta.

El fitoplancton crece durante la primavera en el Atlántico Norte. En la costa antártica, sin embargo, florece sólo durante los seis meses de luz solar. En otras regiones marinas donde se dan estas circunstancias de luz y temperatura, el fitoplancton no florece de la misma forma, aparentemente debido a la falta de hierro, que es la que determina su escaso crecimiento.

Aunque el hierro es muy poco soluble en el agua del mar y tiende agruparse en el fondo, más de la mitad del hierro que hay en el mar abierto procede del polvo de la atmósfera que se deposita allí.

 
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