Ante el calentamiento global generalizado, algunos científicos ya se plantean soluciones imaginativas para frenar los aumentos de temperatura. Son propuestas serias, aunque de reminiscencias asimovianas, tales como inyectar partículas de azufre en la estratosfera. |
A nadie le gusta, pero la ciencia que comienza a dar pasos incipientes, llamada ya por algunos 'geoingeniería', podría ofrecer soluciones con efectos secundarios que pueden considerarse malos menores ante situaciones de emergencia, tales como hambrunas debido al aumento de las temperaturas. Aquellos que los apoyan, son científicos serios decididos a encontrar soluciones. Uno de ellos es Paul Crutzen, quien en 1995 compartió el Nobel por su demostración de que los gases industriales dañan la capa de ozono.
Implicaría liberar millones de toneladas de azufre en la estratosfera, de forma que reflejen la luz del sol y la temperatura sobre el suelo disminuya al recibir menos raciación solar. Es la tesis que ahora investiga Crutzen en el Instituto Max Planck de Alemania.
Inconveniente: no deja de ser contaminación, y es caro.
Consiste en poner en órbita millones de lentes de 60 cm. de diámetro que reflejarían la luz hacia el espacio.
Inconveniente: no existe la tecnología actualmente, y sería muy caro.
No se usarían contenedores físicos; se añadiría hierro al oceáno, de forma que el fitoplacton aumentase, absorviendo mayor cantidad de CO2. Estas plantas diminutas caen al fondo marino cuando mueren, y conservan allí el carbono durante siglos.
Inconveniente: el dióxido de carbono puede subir a la superficie de nuevo.
Si se rociase las nubes con agua de mar, las nubes aumentarían su capacidad reflectante.
Inconveniente: es necesario rociar las nubes regularmente, con lo cual deberían crearse centrales ad hoc.