El cambio climático es la amenaza más cara y una de las más graves a las que se enfrenta la Humanidad, y ha sido causado, principalmente, por los países del G8. El 80% de las emisiones en la atmósfera ha sido producido por estos ocho países, y, en la actualidad, emiten más del 40% de las emisiones globales de CO2, a pesar de que ellos representan únicamente el 13% de la población mundial. Las medidas mínimas que deberían ser acordadas son:
- mantener el aumento medio global de la temperatura más que por debajo de dos grados centígrados, comparado con los niveles preindustriales
- una reducción de los niveles globales de emisiones para 2015 y más del 50% para 2050 (comparado con los niveles de 1990)
- los países industrializados deben tomar la delantera y acometer reducciones del 30% para 2020 y del 80-90% para 2050, también comparado con los niveles de 1990.
"Por este camino no se evitará un cambio climático peligroso. El panorama de 2050 será una pesadilla, a menos que el mundo abandone el carbón y el petróleo, y comience una revolución energética basada en la eficiencia, el ahorro y las energías renovables ahora mismo. Pero el petrolero tejano, una vez más, ha paralizado las acciones decisivas que el mundo necesita", -ha afirmado Raquel Montón, responsable de la campaña de Cambio Climático y Energía de Greenpeace.
Las inversiones del Banco Mundial que el G8 ha anunciado no excluyen carbón, la mayor fuente de contaminación energética mundial. "Esto es un paso más en la dirección contraria. La única buena noticia de esta cumbre es que es la última de Bush" -ha añadido Raquel Montón."Un año después de que prometieran en Heiligendamm una acción rápida y decisiva, todo lo que proponen es si lo discutirán o no en la ONU; esto no es justo ni suficiente".