6/11/2009 - 09:00h

Greenpeace simula un clima extremo para llamar la atención sobre el cambio climatico

Acción de Greenpeace contra el cambio climaticoLa organización pide a los países desarrollados que no jueguen con la supervivencia de los países más vulnerables al cambio climático

Activistas de Greenpeace han simulado una tormenta en la puerta de entrada del Pabellón 8 de la Fira de Barcelona, donde se celebra la última reunión de Naciones Unidas  sobre cambio climático antes de la cumbre que tendrá lugar dentro de 33 días en Copenhague.

Desde dentro de dos grandes contenedores situados frente a la entrada, los activistas de Greenpeace han producido viento, niebla, lluvia, rayos y truenos para recordar a los gobiernos de los países desarrollados que están negociando un Tratado para prevenir un cambio climático peligroso, que no podrán esconderse de sus impactos, ni de la responsabilidad de jugar con la supervivencia de los países más vulnerables, ni del cumplimiento de sus compromisos de la misma manera que se están escondiendo para evitar que las negociaciones avancen.

"No firmar un acuerdo ambicioso, justo y vinculante es lo mismo que firmar la pena de muerte para cientos de miles de seres humanos" -ha declarado Raquel Montón, responsable de la campaña de Cambio Climático y Energía de Greenpeace. "Los países ricos juegan a negociar mientras que los otros pelean por sobrevivir".

Los activistas han mantenido la tormenta sobre la explanada de la entrada principal mientras entraban las delegaciones de los gobiernos del mundo. Al mismo tiempo, otros activistas sujetaban varias pancartas con el mensaje "Our climate, your decision", "Nuestro clima, vuestra decisión". Esta es la cuarta ocasión en dos semanas en la que también participan Estrella y Vicenç, protagonistas de la campaña de Greenpeace "http://www.activistasporelclima.com/" cuyo objetivo es conseguir que José Luis Rodríguez Zapatero defienda en Copenhague un acuerdo ambicioso, justo y vinculante para salvar el clima.

La tormenta de Greenpeace no ha sido la primera que azota la negociación de Barcelona. El primer día los países desarrollados se vieron sorprendidos por el plante de los países africanos, hartos de ver que las reducciones de emisiones que proponen los ricos siguen sin acercarse ni de lejos al 40% en 2020 respecto a 1990, que sería lo mínimo necesario para evitar los peores impactos del cambio climático, que amenaza especialmente a África. Esto ha servido para poner sobre la mesa el verdadero objeto de esta negociación. La acción pacífica de Greenpeace quiere recordar la urgencia de lograr compromisos por parte de los países desarrollados.

Según Greenpeace, el Gobierno español sigue sin dejar clara su posición. Por un lado, la Secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, afirma ante las ONGs que España apuesta por un acuerdo jurídico vinculante pero, como han recogido los medios de comunicación, representantes de la delegación española admiten que, en este momento de las negociaciones, las expectativas de la UE son conseguir, tan solo, un acuerdo político. Asimismo, por un lado afirman que defenderán las cifras para intentar que la subida de la temperatura media global no supere los dos grados centígrados pero continúan defendiendo el tímido compromiso europeo de reducir las emisiones sólo un 20%, que científicamente haría imposible evitar ese aumento de la temperatura.

"El Gobierno español no está ejerciendo el papel que se espera del anfitrión de la reunión puesto que no está impulsando activamente el acuerdo necesario y, mientras tanto, aunque el Ministerio de Medio Ambiente quiere hacer ver que lucha contra el cambio climático, el de Industria hace lo contrario", ha declarado Montón.  "
José Luis Rodríguez Zapatero es el responsable de esta caótica situación y, de momento, no sabe ni contesta, ni aparece por Barcelona".
 
Fuente:  Greenpeace
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