Este gas fue introducido inicialmente con el objetivo de reducir la emisión de gases del efecto invernadero, pero un prominente experto en química atmosférica advirtió esta semana que podría estar teniendo un efecto contrario.
El gas en cuestión es el trifloruro de nitrógeno (NF3). Como gas del efecto invernadero, es 17.000 veces más potente que el dióxido de carbono, si se lo compara molécula contra molécula, aunque no se encuentra contemplado dentro del protocolo de Kyoto, ya que cuando éste se firmó, en 1997, era producido en muy pequeñas cantidades.
Aún hoy, nadie está midiendo qué tanto trifloruro de nitrógeno está ascendiendo a la atmósfera. La única certeza es que se está acumulando. En un reciente estudio, Michael Prather, de la Universidad de California en Irvine, Estados Unidos, calculó que su vida media en la atmósfera es de 550 años.
La producción de NF3 está "explotando", dijo Prather, debido a la creciente demanda de productos electrónicos. Se lo emplea, por ejemplo, en el proceso por el cual se depositan delgadas películas sobre las superficies de cristal líquido (LCD).
Prather propuso además una primera estimación de la producción de NF: unas 4000 toneladas para 2008 y el doble para el año próximo. Su principal productor, la compañía norteamericana Air Products, está construyendo dos nuevas fábricas para la producción de este gas en los Estados Unidos y en Corea del Sur. Otros están produciéndolo en China.