Los países pobres tendrán que devolver con intereses los préstamos del fondo de transformación ambiental otorgados por el Reino Unido para adaptarse al cambio climático que el primer ministro, Gordon Brown, anunció a bombo y platillo el pasado mes de noviembre en forma de subvenciones directas para aquellas áreas del planeta que sufren las sequías, tormentas o aumentos del nivel del mar asociados al calentamiento global.
Según informa el diario
The Guardian, los 1.040 millones de euros previstos para los próximos tres años para promover un proyecto internacional en las zonas más desfavorecidas no representan una ayuda adicional otorgada por las arcas británicas, sino que será administrada por el Banco Mundial como préstamos que los beneficiarios deberán reabonar a las islas con intereses.
Así consta en una carta, firmada por el Ministro de Medio Ambiente y el responsable de ayuda internacional británicos a la que el rotativo tuvo acceso, en la que se recogen las presiones ejercidas por el gabinete de Gordon Brown al resto de miembros del G-8 para que se sumen a este fondo, que será presentado en la cumbre que las grandes potencias internacionales celebrarán en julio en el encuentro anual que celebrarán en Japón.
La misiva precisa que las contribuciones del país para el fondo de transformación ambiental deberán ser en principio créditos concesionales que confían ampliar a otros donantes en forma de -subvenciones, una fórmula por la que el secretario de Estado de Medio Ambiente, Phil Woolas, y su homólogo en Ayuda Internacional, Gareth Thomas, prefieren a los créditos.
Así, ambos departamentos discutieron acerca de la fórmula bajo la que distribuir el dinero, desde el principio con subvenciones, pero habrían topado con la negativa del Ministerio del Tesoro y desencadenado, según el diario británico, una polémica por la que numerosos países se habrían unido a los grupos medioambientales en la reprobación de los créditos.
Necesitamos urgentemente prepararnos para el cambio climático, pero no estamos en una posición para devolver créditos.
Son las palabras de un portavoz de la comisión de Bangladesh, mientras que un diplomático brasileño adivirtió de que incrementar la deuda de los países pobres no es una buena idea. Por su parte, las organizaciones ecologistas expresaron su consternación acerca de que los fondos para adaptarse al cambio climático deban ser financiados con préstamos y desde WWF, la asociación independiente más grande del mundo, declararon que el dinero debería ser ayuda adicional.
El fondo se promoverá en la próxima cita del G-8 como la pieza principal en materia ambiental, si bien en casos como los de Estados Unidos o Japón todavía no han determinado las figuras que emplearán. Las esperanzas británicas aspiran a unos 2.000 millones de euros, en un contexto en que las críticas se centran en la escasa contribución de la comunidad internacional a la adaptación al cambio climático.
Así, el Banco Mundial administra diez fondos, pero la mayoría de escasa cuantía, y al tiempo que es el que más aporta para el cambio climático, es también el organismo que mayores fondos destina para las emisiones que están contribuyendo al calentamiento del planeta.
Fuente:
Europa Press.