La evaporación del lago y el desprendimiento de un gran bloque de hielo y resquebrajamiento de la plataforma Wilkins -una masa de hielo flotante de 16.000 kilómetros cuadrados- llevó a que las autoridades chilenas convoquen a un grupo de expertos para que estudien los lagos glaciales en riesgo de desaparición.
Eduardo Giesen, responsable de Cambio Climático del Comité Nacional pro Defensa de la Flora y Fauna de Chile, opinó que estos fenómenos generaron mayor preocupación en los países pero no la adopción de las medidas urgentes que se requieren para evitar un desastre.
"No se evidencian medidas claras en el sentido de limitar y ojalá, en un tiempo prudente, reducir las emisiones de gases efecto invernadero, la principal causa del desastre ecológico que se avecina", dijo.
Gino Casassa, en cambio, consideró que "hay muchos países" que comenzaron a estudiar el calentamiento global, como Italia y Francia, y "entraron muy fuerte" en el tema "con programas muy bien financiados".
Otro experto, José Retamales, director del Instituto Nacional Antártico de Chile (INACH), coincidió con Casassa y advirtió que el calentamiento global influyó en el retroceso de algunos glaciares en el continente.
Retamales explicó que desde finales de los 40 las temperaturas antárticas aumentaron unos 2,5 grados Celsius, lo que causó que desde 1974 a la fecha el continente blanco, de 14 millones de kilómetros cuadrados, haya disminuido su superficie hasta unos
13.500 kilómetros cuadrados.
Según datos entregados por Casassa, sólo la Península Antártica mostró un calentamiento diez veces superior al promedio del planeta.
Ambos expertos apuntan que uno de los efectos directos del derretimiento de los hielos antárticos será el aumento del nivel del mar en hasta seis metros.
"De ser así, ciudades como Valparaíso en Chile (140 kilómetros al noroeste de Santiago) van a desaparecer", alertó Retamales.
Casassa precisó que otras zonas de la región, como el Delta del Paraná y el Río de la Plata "se verían más afectadas. Hay un efecto que no ha sido considerado y es el colapso de las grandes zonas inestables de Groenlandia y en la Antártica en general.
Por lo tanto, países como Holanda o Bangladesh tienen que tomar resguardos, aumentar la altura de sus diques y no construir más en zonas bajas, añadió.
El derretimiento de hielos y glaciares causa cambios atmosféricos, por el aumento en el nivel de las aguas y sus consecuencias.
"Al aumento de la temperatura es un poquito más fácil adaptarse", dijo pero alertó sobre "consecuencias como, por ejemplo, las enfermedades tropicales".
"Vemos ahora una explosión de dengue en Río de Janeiro y ese tipo de cosas continuará sucediendo en el futuro, está proyectado, y hay que tomar resguardos para la salubridad de la población", advirtió Casassa.
La reducción de fuentes de agua dulce debido al derretimiento de glaciares es otro efecto del calentamiento, apuntó Giesen.
"Ciudades enteras de América Latina, como Lima, dependen de glaciares andinos. Lima es una mega ciudad y sus fuentes exclusivas de agua dulce en algunas décadas más podrían agotarse", agregó.
El glaciólogo explicó que es necesario adaptarse al cambio climático, porque "dado que la vida útil de la mayor parte de los gases invernadero excede un siglo".
"Aunque apagáramos todas las chimeneas y dejáramos de consumir energía con combustibles fósiles -señaló-, seguiríamos aumentando la temperatura de la tierra por los próximos siglos".
Para el responsable del área Cambio climático en Chile, "esto significa que los glaciares se van a seguir derritiendo y los mares van a seguir aumentando, con las consecuencias sabidas".