El tráfico aéreo internacional ha estado creciendo rápidamente durante las últimas décadas y puede preverse que seguirá expandiéndose en un futuro. Un reciente estudio ha concluido que las emisiones generadas por esta industria podrían comprometer los objetivos mundiales de reducción de CO2 a menos que se restrinjan los vuelos.
Se estima que durante 2005 la industria de la aviación ha contribuído entre un 3 y un 8% al aumento del cambio climático. A pesar de que ésta es una pequeña cantidad en comparación con otros sectores, el tráfico aéreo global probablemente seguirá aumentando durante los próximos 20 años. El mayor aumento probablemente vendrá del tráfico internacional, que supone un 60% del total de las emisiones de la aviación. Las previsiones de la industria asegura que el tráfico de pasajeros aumentará en un 180% y el transporte de mercancías aumentará en un 220% entre 2006 y 2026.
El estudio fue realizado antes de que aumentasen los precios del petróleo en 2008, y antes de la actual recesión económica, que probablemente reducirán el tráfico de pasajeros, al menos a corto plazo, lo que podría reducir también las emisiones de CO2. El estudio calculó las emisiones durante el periodo 2005-2025. Las conclusiones fueron que las emisiones podrían incrementarse entre un 111 y un 144% en 2025. Además, durante el vuelo también se emiten otras sustancias que producen efecto invernadero, tales como óxidos de nitrógeno y agua, que se convierten en equivalentes al CO2. Incluyendo este tipo de emisiones, en 2025 la aviación podría emitir entre 1488 y 1722 millones de toneladas de CO2 y similares.
La UE planea incluir esta industria en el comercio de emisiones en 2012, aunque algunos países miembros se han mostrado en contra.
Estabilizar las emisiones delos aviones es difícil. Se han producido adelantos en cuanto a la gestión del tráfico aéreo, la capacidad de transporte, el diseño de los motores y otros aspectos, que han resultado en una reducción de las emisiones, pero según el estudio es necesario que esta reducción aumente en n 32% para evitar un incremento de emisiones mayor al 100% entre 2005 y 2025. Para estabilizar las emisiones en los niveles de 2005, debería darse una reducción del 65%. Con las tecnologías actuales no puede alcanzarse estos objetivos. Algunas compañías ya están desarrollando biocombustibles de segunda generación que les permitan alcanzar los objetivos, pero la resolución a este problema sigue siendo una incógnita.