Cada año, se generan en España más de 160 toneladas de residuos de alta actividad radiactiva. Los almacenes utilizados hasta ahora, la mayor parte situados dentro de las centrales mismas, están alcanzando su límite, y es necesario establecer la ubicación de un nuevo Almacén Centralizado. El ayuntamiento que lo acepte, recibirá 12 millones de euros anuales
Hasta ahora, los residuos de alta actividad que se producen en las centrales nucleares son depositados en grandes piscinas ubicadas en las propias centrales, colocados en bastidores metálicos bajo el agua que actúa como refrigerante y como blindaje contra las radiaciones. Con el paso del tiempo, el combustible pasa a unos contenedores metálicos (en seco), actuando el aire como refrigerante.
Cada año se generan en España más de 160 toneladas de residuos de alta actividad, y en los cerca de 40 años de nuestra historia nuclear las piscinas conservan más de 6.500 toneladas. Además, necesitan varias decenas de miles de años para que pierdan su radiactividad.
Respecto a los residuos de baja y media actividad, su destino es el único cementerio nuclear esistente en España, ubicado en El Cabril (Córdoba), al que le quedan unos 20 años de vida útil. Recibe al año 2.000 toneladas procedentes de nucleares, plantas siderúrgicas, hospitales, laboratorios y centros de investigación. La capacidad de almacenamiento de las centrales está a punto de saturarse , y además, dentro de cuatro años regresarán a España los cerca de 700 metros cúbicos de residuos de alta y media actividad que fueron enviados a Francia en 1989. Tras haber desechado el Gobierno la construcción de un Almacén Geológico Profundo, es decir, un emplazamiento en un silo construido a más de 500 metros de profundidad y ubicado en una zona estable rica en granito, arcilla o sal, la Empresa Nacional de Residuos Radioactivos (Enresa) busca con urgencia un Almacén Temporal Centralizado (ATC) que albergará los residuos de todas las centrales durante los próximos cien años.
Según se informa desde la empresa, un ATC es más seguro y más barato que siete almacenes. Se trata d euna instalación de 250 metros de largo por 80 de ancho, a prueba de explosiones y terremotos, en la que la basura radiactiva se conservará en cápsulas metálicas rodeadas de hormigón y ventiladas mediante unas enormes chimeneas. Su construcción supondrá una inversión de unos 600 millones de euros y, además de las 6.500 toneladas antes citadas, deberá guardar 2.000 bidones, 120 contenedores con residuos tecnológicos, 80 vidrios de alta actividad y los desechos del desmantelamiento de las centrales, como la de Zorita, que será desconectada de la red a finales de abril.
Se busca cementerio nuclear a cambio de 12 millones de euros anuales
Enresa ofrece 12 millones de euros al año al ayuntamiento que autorice la instalación del ATC, además de la construcción de un centro de transmutación, que daría trabajo a un centenar de personas, y en el que se investigará cómo conseguir el reprocesamiento de ese material para convertirlo en un nuevo combustible o transformarlo en residuos de baja o media actividad. Además, se construirán nuevas carreteras para acceder a la localidad y para facilitar una posible evacuación.
Las candidaturas de la futura ubicación serán analizadas por una comisión formada por expertos que se encargará de estudiar la viabilidad de cada una de ellas. Aunque Enresa pretende contar con el emplazamiento en este mismo año e iniciar su construcción el próximo, lo cierto es que el proceso será complicado porque el año que viene hay elecciones y, además, cualquier localidad que se ofrezca voluntaria tendrá enfrente a los grupos ecologistas porque, según han anunciado, se opondrán a esta iniciativa mientras el Gobierno no anuncie el cierre de todas las nucleares y su sustitución por energías menos contaminantes.
Autor: José Fernández
Fuente: Diario Palentino, 7 de marzo de 2006