12/05/2006 - 10:46h

Se investiga microalgas como contenedores del CO2 y como biocombustible

Uno de los efectos más peligrosos del modelo energético actual, basado en combustibles fósiles como el carbón, el petróleo o el gas natural, es el efecto invernadero. Al quemar estos materiales, se aumenta el dióxido de carbono en la atmósfera y el planeta se recalienta. Sin embargo, ciertos seres vivos se alimentan precisamente del contaminante que tantos problemas trae a la Tierra: las plantas.
Científicos del CSIC y de las Universidades de Almería y Sevilla están trabajando para optimizar el funcionamiento de la naturaleza y desarrollar la mejor forma de utilizar un diminuto organismo, las microalgas, para eliminiar el CO2 procedente de la industria.

La capacidad de estos seres para 'alimentarse' del dióxido de carbono es asombrosa, ya que por sí solos son responsables de más de la mitad de la fotosíntesis del planeta. Apenas miden una milésima de milímetro, pero son cinco veces más eficientes en la fijación de este gas que otros cultivos. El proceso pasa por la instalación de 'reactores biológicos' de microalgas, donde los materiales contaminantes serían depurados y transformados en materia orgánica.

Las ventajas, según afirman los científicos responsables del proyecto, no acaban ahí, dado que los productos orgánicos cultivados pueden ser reutilizados como abono o como biocombustible, al tener un contenido calórico parecido al de la madera o el carbón. El sistema podría aplicarse en las industrias que producen más emisiones de CO2, así como en cualquier proceso en el que se lleve a cabo la combustión de materiales fósiles.

Fuente: El Economista, 11 de mayo de 2006
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