Los Gobiernos de los dos lados de la Bahía llevan seis meses buscando culpables y en conflictos sobre la jurisdicción de las aguas, mientras el New Flame provocaba siete vertidos de combustible (el día de la colisión, el 28 de agosto, el 29 de agosto, el 5 de septiembre, del 20 al 26 de diciembre, el 1 de enero y el 10 de febrero). En todo este tiempo no han solucionado el problema y el barco sigue aún siendo un riesgo potencial de nuevos vertidos (en el último se recogieron más de 70 Tn de residuos).
El caso del New Flame es un paradigma de la contaminación crónica por hidrocarburos que sufre la Bahía de Algeciras por el incumplimiento en Gibraltar de la normativa europea y la permisividad de las administraciones españolas. El Gobierno no presiona de forma contundente en las diferentes instancias de la UE y del Reino Unido para acabar con esta situación de catástrofe ambiental.
Greenpeace lleva seis meses preguntando al Gobierno español la composición exacta de las 42.000 Tn de chatarra que carga en sus bodegas. La primera carta se envió el 13 de agosto a los Ministerios de Medio Ambiente y Fomento. La organización todavía no ha recibido una respuesta.
El Estrecho de Gibraltar es el punto de mayor tráfico marítimo de la costa española. El Dispositivo de Separación de Tráfico Marítimo de Tarifa identificó en 2006 un total de 96.186 buques, de los cuales 21.343 transportaban mercancías peligrosas.
El New Flame estuvo repostando de barco a barco
En la Bahía de Algeciras se mueven unos 20 millones de toneladas de productos petrolíferos al año. Es habitual la presencia diaria de decenas de grandes buques y petroleros en la bahía, tanto por tráfico de las refinerías de CEPSA, como para trasvase de productos petrolíferos o carga de combustible. Más de seis millones de toneladas se utilizan en operaciones de repostaje barco a barco.
El New Flame entró en Gibraltar a las 10 de la noche del 11 de agosto para repostar con una gabarra de la empresa Gibunco, que opera en aguas del Peñón. Tras llenar los depósitos salió del puerto en la madrugada del 12 de agosto.
Este tipo de situación, de entrar por unas horas a repostar, se repite constantemente en la Bahía, lo que hace que exista un riesgo permanente de catástrofe y vertidos casi continuados de hidrocarburos.