Pina rehuyó ayer hablar sobre la publicación de las bases para el diseño de los contenedores de residuos de alta actividad radiactiva donde la central de Ascó proyecta guardar el combustible irradiado una vez se saturen las piscinas donde ahora se deposita (entre el 2012 y el 2013) y desvinculó el proyecto de este almacén temporal individual (ATI) «como lo que se ha hecho en Trillo y se hace en Zorita» del proyecto de almacén temporal centralizado (ATC), al cual «ni el gobierno ni Enresa renuncian», según el VI Plan general de residuos radiactivos del 2006.
Pina dijo que «los caminos del ATC y del ATI son diferentes pero convergerán» en un único punto donde se guardarán los residuos de todas las centrales nucleares del Estado. Sobre el retraso para elegir este punto, Pina dijo que es «normal en un proyecto de esta envergadura» y que «nosotros seremos los operadores del MTC pero la decisión corresponde al gobierno».
Los cambios después de las últimas elecciones generales en la comisión interministerial que dirige el proceso son, según el presidente de Enresa, uno de los motivos del retraso. «Me consta, pero, que se ha pedido al Ministerio que haga los nuevos nombramientos», añadió confiado que éstos acelerarán el proceso.
En cuanto al argumento esgrimido para justificar la urgencia del ATC, el retorno a finales de 2010 de los residuos de Vandellós I, dijo que «se puede negociar» para que se queden más tiempo en Francia. Tampoco descartó la posibilidad de que se haga un ATI en Vandellós Y atendida la tipología de estos residuos, pero añadió acto seguido: «No está claro que se tenga que hacer uno ATI en Vandellós.»
Vandellós: secreto militar nuclear
Recordemos que la España franquista sometió a Catalunya a colaborar en la proliferación nuclear ofreciendo los residuos radiactivos de Vandellós I, mediante un convenio firmado entre la empresa Hifrensa y el ejército francés, para obtener plutonio destinado a las pruebas atómicas en la Polinesia. El reactor de grafito-gas de Vandellós I también fue utilizado por el ejército franquista para almacenar un stock de plutonio militar del que nunca se ha sabido el destino. Un secreto que han mantenido todos los gobiernos «democráticos» del PP y del PSOE.
La central nuclear de Vandellós I estaba formada por un reactor nuclear que utilizaba uranio natural como combustible, grafito como moderador y dióxido de carbono como refrigerante. Entró en funcionamiento en el año 1972 con un reactor plutonígeno, de forma que el combustible «quemado» era enviado periódicamente a Francia (en un ferrocarril que cruzaba toda Catalunya hasta Marcoule, cerca de Lyon) para ser reprocesado y extraer el plutonio generado durante su estancia en el núcleo del reactor. Este plutonio fue utilizado en armamento nuclear.
La central tenía una potencia de 500 MWe, pero como que el 25% era propiedad de EDF (el monopolio estatal de la electricidad en Francia), la potencia realmente disponible era únicamente de 375 MWe.