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El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, le comunicó ayer a Cristina Kirchner durante la cumbre que ambos mandatarios mantuvieron en la Casa Rosada, que su país no le cederá a Argentina "nada del gas que importa diariamente de Bolivia", pero que ayudará a "buscar formas alternativas" para "resolver los problemas" si se produjera una falta importante de combustible.

 

El suministro de gas natural fue la discusión excluyente en la reunión bilateral en la que los dos presidentes firmaron 17 convenios energéticos, productivos, nucleares y de defensa, entre otros.

Ante la falta de acuerdo respecto al gas, Kirchner y Lula da Silva establecieron que esas "soluciones técnicas" se analizarán hoy, en la cumbre tripartita que mantendrán ambos mandatarios con el presidente de Bolivia, Evo Morales, en la residencia presidencial de Olivos.

El presidente brasileño dejó abierta la puerta para que su país envíe a Argentina energía eléctrica o de otro tipo. "Todo se discutirá en los niveles técnicos, en un espíritu de integración y de solidaridad", aseguró el canciller brasileño, Celso Amorim, en una conferencia de prensa en la embajada de Brasil, según cita el diario argentino "La Nación".

El Gobierno boliviano afirmó hace una semana que no aumentará el suministro de gas ni a Brasil y ni a Argentina en el próximo invierno.

Por su parte, el presidente de la petrolera brasileña Petrobras, Sergio Gabrielli, dijo ayer al salir de la Casa Rosada que "es imposible que Brasil renuncie a una sola molécula de gas importado de Bolivia". Y marcó así el clima de la reunión de hoy, en Olivos.

"Petrobras no es insensible y está dispuesta, junto con el Gobierno de Brasil, a analizar el envío de energía eléctrica ante cualquier emergencia argentina", agregó Gabrielli. Y señaló que la relación de su empresa con el Gobierno de Argentina "es buena como con cualquier Gobierno: de amor y odio".

En la Cancillería temían anoche que la discusión tripartita de hoy no alcanzara acuerdos, lo que haría peligrar el convenio firmado ayer entre Brasil y Argentina.

Por su parte, la Casa Rosada guardó silencio acerca del gas, pero Amorim habló para los periodistas en la embajada. "El problema energético es estructural; hay que tener una visión de conjunto. Y lo vamos a ir viendo en el invierno para que Argentina pueda resolver sus carencias", dijo.

El gran interés de Lula por resolver el problema se explica, según algunas fuentes, en que grandes capitales brasileños han hecho fuertes inversiones en el sector productivo argentino, como Petrobras misma, Loma Negra, Quilmes y Acindar son sólo algunas de las compañías compradas por inversionistas brasileños en los últimos años. El acero, el cemento, los alimentos y la energía son los de más fuerte presencia brasileña, y según el citado diario muchos de ellos necesitan gas como insumo para producir.