Con el fin de esclarecer todos los detalles del suceso de vertido en material radiactivo en áreas exteriores, el CSN, tras la inspección realizada entre el 5 y el 7 de abril, requirió al titular, el pasado día 9, la presentación de información detallada sobre los aspectos siguientes:
"¢ Situación radiológica y operativa del sistema en el que se originó el suceso.
"¢ Programa previsto para vigilancia de áreas exteriores.
"¢ Programa de vigilancia de contaminación interna de las personas potencialmente
afectadas.
"¢ Estimación de la dosis máxima que han podido recibir las personas en el emplazamiento.
"¢ Análisis del comportamiento de los sistemas de vigilancia de la radiación.
"¢ Estimación de la actividad total vertida (que ya fue solicitada el 4-04-08).
Esta información, que se ha recibido esta mañana en la sede del Consejo, confirma el origen (ventilación del edificio de combustible) y la naturaleza del vertido (partículas metálicas de activación). Sin embargo, las estimaciones de la cantidad total del vertido al exterior han resultado superiores a las inicialmente comunicadas al CSN. En concreto, el titular ha elevado a un máximo de 84,95 millones de bequerelios (Bq), equivalente a 2,3 milicurios (mCi), la estimación del inventario de radiactividad que se pudo liberar al exterior de los edificios a finales de noviembre pasado. Ese valor se ha obtenido a partir de la actividad total recogida en el exterior (19,5 millones de Bq) a fecha de hoy y considerando
el decaimiento radiactivo.
Del análisis de la cronología de los hechos se deduce que ya el pasado día 9 de abril el titular conocía que la información de actividad total vertida no era correcta y no lo comunicó al CSN, a pesar haber sido requerido reiteradamente y por escrito. Tampoco informó de ello durante el Comité Local de Información extraordinario celebrado esa misma tarde en Ascó.
El impacto radiológico que se deriva de estos nuevos datos sigue siendo muy poco significativo para la población en el entorno de la central. De acuerdo con las nuevas estimaciones, el impacto sobre las personas que han trabajado en la instalación se encuentra, en términos de dosis, por debajo de los límites legales.
Con el fin de verificar dicha valoración, la empresa tiene previsto realizar mediciones de radiactividad a todas las personas que han pasado por el emplazamiento desde el pasado 28 de noviembre (entre 700 y 800 personas). Hasta la fecha, según ha comunicado al CSN, ha realizado mediciones a 579 personas, sin encontrar en ningún caso indicios de incorporación de material radiactivo.
El Consejo de Seguridad Nuclear va a iniciar inmediatamente, y en línea con lo previsto, una campaña de vigilancia radiológica independiente que complemente las medidas que ya realizó el día 5 de abril en el exterior de la instalación con un equipo de inspectores.
El CSN continúa investigando todos los aspectos de este suceso y la presidenta Carmen Martínez Ten comparecerá en el Congreso de los Diputados, a petición propia, para dar cuenta de todos los detalles.
Nivel 2 del INES
Dentro de la Escala Internacional de Successos Nuclears (INES, en inglés) un NIvel 2, és un accidente de nivel 2 que se califica con «incidente». Son idncidentes con fallo significativo de las disposiciones de seguridad pero en los que subsiste una defensa en profundidad suficiente para hacer frente a otros fallos.Un suceso que tenga por resultado una dosis recibida por un trabajador que exceda el límite de dosis anual establecido y/o un suceso que cause la presencia de cantidades significativas de radiactividad en la instalación en zonas no previstas según el diseño y que requiera medidas correctivas.
Greenpeace pide la paralización cautelar de la central nuclear
Greenpeace ya advirtió, en un reciente comunicado, que el primer análisis del CSN sobre el suceso era documento simplista y falto de rigor en sus cálculos sobre la radiactividad liberada y que además no aportaba explicaciones convincentes sobre la causa del escape de radiactividad al exterior de la central.
El CSN reconoce ahora que el nivel de radiactividad es mayor de lo inicialmente estimado (y aún sólo en base de lo poco que han podido recoger hasta ahora) y que el titular de la central Asociación Nuclear Ascó-Vandellós (ANAV) ocultó información deliberadamente al Consejo y a la opinión pública, incluso en la reunión del Comité Local de Información (CLI) celebrado recientemeente en la localidad de Ascó.
En 2005, otro grave suceso en la central Vandellós-2, también gestionada por ANAV, supuso un Nivel 2 en la INES. Ese suceso, que fue calificado por el CSN como "el más grave después del accidente de Vandellós-1" en 1989, fue ocultado por ANAV durante meses.
El CSN reconoció, en una investigación parlamentaria, que en el caso citado de Vandellós-2, ANAV priorizó sus intereses económicos a la seguridad y mantuvo esa central funcionando en condiciones de "seguridad
degradada".
Ante la operación irresponsable de estas centrales nucleares por parte de ANAV, Greenpeace exige al CSN y al Gobierno que retire la licencia de explotación a ANAV y suspenda cautelarmente la actividad de estas centrales nucleares.