21/02/2008 - 16:00h

Francia se prepara para las consecuencias de un accidente tipo "Chernóbil" sobre su suelo

Nuclear.Cerca de treinta años después del accidente nuclear de Three Mille Island (Estados Unidos, 1979) y más de veinte después de la explosión del reactor número 4 de Chernóbil (Ucrania, 1986), Francia se enfrenta a un tabú. Esboza una "doctrina" con el fin de prepararse para administrar las consecuencias de una catástrofe nuclear sobre su suelo. En los próximos días, el Primer Ministro será destinatario de una carta del Comité director para la gestión de la fase postaccidental de una situación de urgencia radiológica (Codirpa) que presentará elementos de reflexión susceptibles para fundamentar esta doctrina.
 
Este consultorio es el fruto de los trabajos conducidos por la Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN) en vínculo con servicios y agencias del Estado, los operadores nucleares y algunos protagonistas asociativos, tras una Directiva interministerial de abril de 2005. Todo ello da prueba de un cambio radical en la forma en que las autoridades prevén el riesgo nuclear. Durante décadas, se mostraron obsesionadas por la seguridad, haciendo hincapié en los mecanismos de defensa y las estadísticas que tranquilizaban: el accidente sólo tenía una oportunidad sobre un millón de ocurrir, aseguraban frecuentemente. Pero ahora la perspectiva ya es dónde ocurriría, con el estudio de las consecuencias medioambientales y sanitarias a medio y largo plazo.

Para proyectarse en esta situación, el Codirpa se imaginó dos situaciones "ruptura del vaso del generador de vapor y fusión parcial del núcleo del reactor- incluyendo residuos respectivamente de una hora y de un día. ¿Es necesario o no autorizar la vuelta de las poblaciones en los territorios contaminados, y en caso afirmativo en qué plazo? ¿Cómo organizar su seguimiento sanitario, administrar los residuos, calcular las dimensiones de las indemnizaciones? Una masa de interrogaciones ha nacido de estos ejercicios especulativos, conducidos en Grupos de Trabajo especializados.

En diciembre de 2007, un seminario permitió sintetizar estas contribuciones, y medir el camino que queda por recorrer. "Queda por definir una metodología sobre la evaluación de la dosis recibida por la población", nota el Sr. Lachaume. "Es necesario presentar un debate científico, en frío, sobre este punto controvertido." Más concretamente: ¿descontaminar las casas a chorro, para prevenir la incrustación de los radionúclidos, no va a inducir contaminaciones en las redes de agua? ¿En las zonas agrícolas, sería necesario cosechar para concentrar la radiactividad y echarla o buscar su dilución?

En 2008 el Codirpa empezará a dar instrucciones a los prefectos, y organizará nuevos ejercicios de crisis para probar el panorama de la "doctrina", entablar debates con los medios asociativos, educativos, médicos y de información.
 
Fuente: Le Monde
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