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Boris Johnson, el candidato conservador que ha batido en las elecciones al actual regidor de Londres, el laborista Ken Livingstone, dijo en la campaña que no llevaría a cabo la reforma del peaje que pagan los vehículos por acceder al centro de la ciudad. Livingstone, que durante sus ocho años como alcalde introdujo ese recargo, situado ahora en 8 libras diarias por vehículo, quería elevarlo hasta 25 libras para los coches más contaminantes, y permitir el acceso gratuito a los automóviles híbridos, que emiten menos CO2.

Porsche, ante el temor a perder muchos de sus clientes en Londres porque sus vehículos deportivos estarían sometidos a ese recargo, había amenazado con presentar un recurso judicial al considerar la medida discriminatoria. Ahora, si Johnson cumple su programa, los abogados del grupo automovilístico alemán podrán relajarse. Lo que está por ver es si el nuevo alcalde mantiene el sistema de peaje actual de 8 libras.

El candidato conservador ha logrado la victoria gracias al apoyo de los barrios residenciales del extrarradio de Londres, donde las clases medias que utilizan el coche para ir a trabajar, llevar los niños al colegio y hacer la compra estaban muy descontentos con la política urbanística de Livingstone.

Éste político, pese a ser conocido como Ken El Rojo por su ideología izquierdista, tenía el respaldo de las áreas del centro de Londres, donde los empleados de la City (firmas de servicios financieros) y los centenares de miles de expatriados agradecen su estrategia de revitalización del centro.

Livingstone, con el asesoramiento del arquitecto Richard Rogers, desarrollaba un plan de fomento del corazón de Londres como zona donde vivir, trabajar, comprar y disfrutar del tiempo de ocio. El peaje para frenar el tráfico en el centro era una de las consecuencias de esa política, que según Livingstone permite reducir las emisiones de CO2 y hacer la ciudad más segura y atractiva para vivir para el turista. Johnson parece más inclinado por el modelo de ciudad estadounidense, donde la población vive en las afueras y sólo acude al centro para trabajar o para una esporádica escapada a un teatro o un restaurante.

El nuevo alcalde, un outsider del Partido Conservador que fue elegido con pocas esperanzas de victoria, deberá abandonar su tradicional excentricismo y hacer equilibrios entre los intereses de los barrios de las afueras y la City para mantener la pujanza de Londres como centro interacional financiero, cultural....y deportivo, con las Olimpiadas en el horizonte de 2012.

Mientras, no sólo Porsche puede cantar victoria, sino todas las marcas de coches que venden todoterrenos y grandes vehículos a las familias londinenses.

 

Fuente: Expansión.