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Las conclusiones del último informe que acaban de hacerse públicas son que hay energía en cantidad suficiente hasta el año 2050. Es el resultado de una subida modesta de las reservas explotables probadas de petróleo que alcanzarían 1.265 mil millones de barriles, 117 mil millones de barriles más que el informe anterior de finales de 2002. Por el contrario el CME confirma que consumimos más petróleo del que se pueda encontrar todos los años.

El CME no se compromete en la vía de dar su predicción sobre el cenit del petróleo, el año a partir del cual la producción de petróleo debe comenzar a declinar, pero por el contrario indica la incertidumbre sobre las tecnologías para tratar los enclaves bituminosos que incluyen reservas mundiales que alcanzarían los 2.800 mil millones de barriles. 

Para el gas, sus reservas probadas progresaron de 3.5 PCT desde 2002 a 176.000 mil millones de metros cúbicos. Unas reservas que deberían permitir, al ritmo actual de consumo mundial, mantenerse durante 56 años. Un problema, a pesar de todo, por la fuerte concentración de estas reservas sobre sólo una veintena de país.

Para el carbón, aún hay cantidades muy importantes (847 mil millones de toneladas), explotadas en un gran número de países, que deberían permitir seguir más de ciento años a condición sin embargo de poder capear los inconvenientes ecológicos de su explotación: una pera para la sed, a pesar de todo, para cuando entremos en el cenit del petróleo.

El informe no corre el riesgo, por el contrario, de describirnos la evolución de los mercados y comportamientos en cuanto entremos en período de disminución de la producción. Si se hace caso de sus conclusiones, se podría creer que los consumidores de petróleo esperarán amablemente que lleguemos a la última gota de este petróleo sin hacer nada. Los más optimistas dicen que vamos a asistir, en cuanto a la disminución de la producción se inicie, a una subida de los precios del barril, a compras de precaución que desequilibrarán más aún el mercado, o incluso, poco a poco, a que la producción siga disminuyendo, y a reacciones del tipo "yo lo guarda para mi" para los que tendrán y para los que no tendrán suficientemente, puede hasta incluso que a ejercer acciones violentas para apoderarse del preciado oro líquido.

El año 2050 es mañana y es la generación de nuestros hijos… Eso nos da muy poco tiempo para desarrollar energías alternativas en masa.

Más información: World Energy Council.