Más allá del impacto en la venta de globos, la escasez preocupa especialmente en los ámbitos científicos y tecnológicos. «La utilización del helio por la ciencia es muy extensa, especialmente importante como líquido de enfriamiento», explica el señor Sobotka, especialista americano en química y física nuclear.
El helio desempeña, en particular, un papel importante en la resonancia magnética nuclear, la espectroscopia de masas, en la soldadura, la fibra óptica, o también en la producción de «pulgas» informáticas. La NASA utiliza también grandes cantidades de él para presurizar los tanques de combustible de los cohetes espaciales.
Si los más grandes usuarios de helio, como los laboratorios nacionales americanos, disponen de infraestructuras que permiten utilizar mejor y reciclar el helio, no es el caso de los pequeños usuarios.
«El helio es no renovable e irreemplazable», prosigue Sobotka. «Sus propiedades son únicas y contrariamente a los hidrocarburos, no existen alternativas biosintétiqcas. Todo el mundo debe hacer un esfuerzo para reciclar mejor.
Una parte de este gas noble se encuentra atrapado en los yacimientos de gas natural, lo que hace pensar que Rusia dispondría de reservas importantes, pero momentáneamente inexplotadas. Aparte de Texas, se produce, en particular, en Argelia o en Polonia.