En la medida en que las importaciones (procedentes fundamentalmente de Italia) lleguen cada vez de países más lejanos, el proceso será más caro y el precio, mayor.
Así explican expertos internacionales, como S. McCoy, el proceso de equiparación de los precios de la gasolina y del gasoil en España. Según los pronósticos de las principales compañías, ambos combustibles podría igualar sus costes antes de mediados de año.
En realidad, todo ha sido provocado por la irrupción, a mediados de los años noventa, de los motores diésel de inyección directa con turbocompresor, ideados por Volkswagen y conocidos como TDI. Estos motores conjugaron un par propio de los equipos diésel con una potencia semejante a la de los motores de gasolina. La popularización de estas mecánicas, adoptadas por todas las marcas de turismos, provocó una dieselización del parque móvil español en pocos años.
El 70% de las matriculaciones nuevas han sido motores diésel en los últimos dos ejercicios.
Cómo se obtiene
Para obtener diésel, el crudo se somete a un proceso de refino en una columna de destilación que permite separar los distintos hidrocarburos, desde los más pesados (asfaltos y fueles) hasta los más ligeros (gases licuados del petróleo). Por el medio quedan las gasolinas y los gasóleos.
Aunque las refinerías sí pueden forzar un poco el sistema para obtener más o menos cantidad de un producto, dichos cambios son leves. Las plantas de refino españolas se ven obligadas a comprar gasoil en otros países. Los expertos sostienen que se ha llegado a la cima de un ciclo y que, a partir de ahora, los coches de gasolina volverán a estar de moda.