13/06/2008 - 08:00h

Se presenta el libro «La primera década de lucha antinuclear en Catalunya (1970-1980)», de Xavier Garcia

Portada del libro de Xavier Garcia Pujades.Ayer se presentó en el Archivo Comarcal de la Ribera, en Móra d'Ebre, el libro de Xavier Garcia La primera década de lucha antinuclear en Catalunya (1970-1980), editado por la Unión Social de Torroja del Priorat, entidad organizadora de los Juegos Florales de Torroja, y el Archivo Comarcal del Priorat. El acto, organizado por el Archivo Comarcal de la Ribera d'Ebre, el Consejo Comarcal, el Ayuntamiento de Móra d'Ebre, el Centro de Estudios de la Ribera d'Ebre y la Asociación Cultural La Riuada de Móra, ha sido presentado por el consultor ambiental Santiago Vilanova, que hizo una película sobre las manifestaciones de Ascó en los años setenta, y que se proyectó eanoche.
 
La obra de Garcia, galardonada con el premio de investigación histórica Jaume Ardèvol i Cabrer en la trigésima edición de los Juegos Florales de Torroja, pretende recordar la experiencia "del autor y de otros muchos" de la primera década de implantación nuclear en Catalunya. 
 
Xavier Garcia Pujades.Xavier Garcia "periodista de combate ecologista, siempre desde la primera línea", al cabo de cuarenta años de la introducción de la energía nuclear en estas tierras, busca dejar un testimonio escrito sobre los acontecimientos ocurridos, y a la vez, homenajear a los protagonistas de la desigual lucha que mantuvieron los movimientos antinucleares de la época, en el Ebro, en Catalunya y en el Estado español. Una lucha no exenta de imposiciones y frustraciones y que, al final, vio descabezado el ideal de un modelo social más justo y sostenible.

El acto ha contado con la presencia e intervenciones de destacados adalides antinucleares de aquella época como Josep Gonell, sacerdote, sociólogo y periodista comprometido con las tierras del Ebro; José Allende, economista y cofundador de la Comisión de Defensa de una Costa Vasca No Nuclear; Pedro Costa Morata, ingeniero industrial y colaborador de varios medios de comunicación estatales, entre los cuales El País; Joan Rebull, sociólogo y antiguo rector de la parroquia de Móra d'Ebre; Mario Gaviria, sociólogo y creador de los textos periodísticos fundadores del ecologismo antinuclear; y Antoni Lloret, doctor en Ciencias Físicas, dedicado a la búsqueda en el campo de la energía solar fotovoltaica.

El libro está estructurado en cinco partes. De primero, la presentación, en qué narra las bases del periodismo ecologista en Catalunya (una historia, por cierto, todavía no escrita), cuando un pequeño grupo de jóvenes y él mismo se dedicaban, desde las páginas de las publicaciones de entonces (El Correo Catalán, Diario de Barcelona, El Noticiero Universal, Canigó, Avui...) a la publicación de crónicas, artículos y reportajes sobre lo que deparaba la actualidad nuclear: Jaume Reixach, Santiago Vilanova, Alfons Ribera, Josep Català y Xavier Borràs, que, no tardaron demasiado en fundar un colectivo de periodistas ecologistas y a editar la primera edición de la mítica revista Userda (dirigida por Vilanova), que seria reeditada de 2004 a 2006 por el periodista y escritor Xavier Borràs y que, actualmente, tiene su referente en el nuevo EcoDiari.

La fábrica de chocolate

«Hace falta pensar que en Ascó "expresa Xavier Garcia" todo empezó con un sastre, un cura y un erudito local, todos ellos activados, informados y precavidos por estos "supervivientes" que ahora los recuerdan en aquellos inicios.» Estos intelectuales -más otros como Gonell, Gaviria, Allende, Rebull, Costa- se pusieron a disposición de la sencilla pero contundente gente de Ascó, como de los otras pueblos hispánicos afectados por el átomo, ya fuera el País Vasco, el País Valenciano o Extremadura.

Siguen los capítulos dedicados al contexto general de la imposición nuclear, aquella «fábrica de chocolate» que unos «empresarios» querían montar en Ascó, y el capítulo dedicado al propio combate antinuclear de Ascó en Catalunya, con la figura, al frente de todos, del añorado Joan Carranza, el alcalde antinuclear de la villa de la Ribera d'Ebre; y, lo que Garcia llama «testimonios, presencias y fidelidades», dónde nos ofrece unas impagables biografías de todos quienes, hasta hoy mismo, se han mantenido firmes en la defensa ecológica del país. Gente que sale poco en los diarios (algunos, muy poco, y otros, nada) y de quienes, por lo tanto, el gran público ha perdido casi el rastro, si bien los años setenta y ochenta se puede decir que presentaron batalla en múltiples frentes.

«Después "dice Garcia" nos lavaron tanto la conciencia que parece que ni ellos mismos ni todo lo que decían no haya existido nunca.»

La gente de Ascó

En Ascó hubo un reducido y valeroso grupo humano (hoy desaparecido), con Joan Carranza, mosén Miquel Redorat y Carmel Biarnés en primera fila, que no se dejó captar por el encantamiento del transfranquismo y trató de parar la imposición de Fecsa, avalada por los bancos, el Estado y el ejército; en la Ametlla de Mar presentó resistencia, entre otros, Enric Rebull, presidente que fue de la Cofradía de Pescadores.

Todo este pequeño movimiento de recuerdo y homenaje a aquella lucha colectiva incipiente e independiente planeó ayer en la presentación del libro en Móra d'Ebre. Doce anexos, de gran valor histórico, cierran este imprescindible volumen para entender una parte importante de la historia de Catalunya.

Una larga historia, pues. Ayer por la tarde, en Móra, se habló de ella. Pero no se habló sólo del pasado, porque el presente -como ya se veía venir- acumula tantos temores e inseguridades como los inicios. Así, desde Vandellós, ayer mismo, y tras el acto de Móra, la Coordinadora Anticementiri Nuclear de Catalunya (con Sergi Saladié, Eduard Rodríguez-Farré y Salvador López Arnal) hablaron de este insidioso paquete residual que comporta la fabricación de miles de millones de quilowatios electronucleares. «Un paquete de residuos, en algún caso de miles de años de duración, que forman la última fase del ciclo nuclear, el inicio del cual trataron, justamente, de impedir los de Ascó», ha sentenciado Xavier Garcia, este hijo de Vilanova i la Geltrú hoy afincado en Horta de Sant Joan (Terra Alta), desde ya no puede divisar el horror nuclear de Ascó.
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