TVO planea construir un reactor con una capacidad de entre 1.000 y 1.800 megavatios en la localidad de Olkiluoto, junto a las dos centrales nucleares existentes y a una tercera que se encuentra en construcción.
Dependiendo de la capacidad final de generación eléctrica, el coste de la nueva planta oscilaría entre los 3.000 y los 4.000 millones de euros, según cálculos de la empresa.
El Gobierno finlandés respondió que analizará la solicitud durante esta primavera, una vez reciba el estudio de impacto medioambiental, y añadió que hay al menos otras dos compañías interesadas en obtener licencias similares.
Según TVO, "el nuevo reactor ayudaría de modo significativo a reducir las emisiones de dióxido de carbono durante la producción eléctrica y a disminuir la dependencia energética" de Finlandia, país que importa de la vecina Rusia la mayor parte de su energía.
Además, contribuiría a garantizar la solidez del suministro eléctrico y a mantener niveles de precios razonables tanto para la industria como para los particulares, según la compañía.
Sin embargo, la organización ecologista Greenpeace se apresuró a pedir al Gobierno finlandés que rechace la petición de TVO.
"Dar permiso para construir un nuevo reactor nuclear sería una apuesta irresponsable que aumenta el riesgo de accidentes nucleares y el amontonamiento de residuos radiactivos", señaló Greenpeace en un comunicado.
Actualmente, Finlandia cuenta con dos reactores nucleares con una capacidad de 500 megavatios cada uno en la costa sur del país y otros dos en Olkiluoto, en la costa oeste, con una potencia de 750 megavatios.
La producción eléctrica de origen atómico supone algo más del 25 por ciento del total de electricidad que se genera en Finlandia.
Además, TVO está construyendo una quinta central nuclear en Olkiluoto con una capacidad de 1.600 megavatios, la primera que se edifica en Europa desde hace más de quince años.
La central en construcción, que utilizará por primera vez un Reactor Europeo de Agua a Presión (EPR), arrastra un retraso de más de dos años y su coste se ha disparado respecto a los 3.000 millones de euros presupuestados inicialmente.