Las emisiones de CO2 se han reducido un 4,1% ante el incremento del 2,3% el 2005. La intensidad energética de Catalunya disminuyó un 3,7% el año 2006. El consumo de energía final necesario por producir una unidad de PIB se redujo en Catalunya un 3,7% el año 2006. Esta magnitud, conocida como intensidad energética, confirma el cambio de tendencia que se inició el año 2003 y pone de relieve la mejora en la eficiencia energética que ha registrado la economía catalana. Mientras que el 2006 el PIB catalán creció un 3,9%, el consumo de energía disminuyó un 0,1%, lo cual indica que cada vez se ahorra más energía, pero también que se aprovecha mejor. Este descenso del consumo, que en parte también se explica por el incremento sostenido de los precios de la energía y por factores climatológicos, ha tenido otra consecuencia positiva: las emisiones de CO2 debidas al consumo de energía se han reducido un 4,1% delante del aumento del 2,3% registrado el año anterior. Estos datos las ha dado a conocer la directora del Instituto Catalán de Energía, Encarna Baras, durante la rueda de prensa que ha servido por presentar la programación de la Semana de la Energía.
El año 2006, la intensidad energética final se situó en 110,2 toneladas equivalentes de petróleo (tep) por cada millón de euros de producción, delante de las 114,5 del año anterior y de las 117,9 del 2004. El descenso de la intensidad energética final no se daba desde principios de los años 90, y el hecho que el cambio de tendencia haya coincidido con el reactivamente de la industria, que es el sector más intensivo en consumo de energía, indica que la aplicación de medidas de eficiencia energética es la principal responsable de esta reducción. De hecho, la intensidad energética final también ha registrado una mejora sensible si descontamos los efectos de la climatología sobre el consumo de energía. Así, en condiciones meteorológicas similares, los descensos del 2,8% del 2005 y del 3,7% del 2006 habrían sido del 3,8% y del 2,2%, respectivamente.
El consumo de energía disminuye
Por el que hace el consumo de energía final, el 2006 se consumieron en Catalunya 15.873,6 ktep, un 0,1% menos que en el año anterior. Esta reducción culmina un periodo de moderación en el consumo que se inició en el 2003 y que se ha acentuado en los últimos dos años, hasta lograr tasas negativas. El descenso en el consumo de productos petrolíferos y en el de gas natural, sumados a la moderación en el consumo de electricidad, han sido las principales causas de esta disminución. Las energías renovables han reducido un 4,1% su aportación al total del consumo energético, puesto que las temperaturas suaves del invierno generaron una menor demanda de biomasa para calefacción doméstica. Hace falta tener en cuenta que el transporte es el principal sector consumidor de energía (con un 38,7% del total), seguido de la industria (32,1%), los hogares (13,5%), los servicios (12,1%) y el sector primario (3,5%).
Por su parte, el consumo de energía primaria se redujo un 0,8% el 2006, el doble que el año anterior. Esta tendencia contrasta con los crecimientos superiores al 3% registrados en el periodo 1997-2003. La moderación en el consumo de energía final y el descenso de la producción eléctrica en centrales de ciclo combinado, que se compensar con la importación de electricidad, explican esta disminución en el consumo. La sequía ha llastat la aportación de las energías renovables al total de energía primaria. El aumento de la potencia eléctrica aportada por el biogàs, las centrales solares fotovoltaicas y los parques eólicos no ha compensado la caída de la producción hidroelèctrica. El régimen especial supuso el 17,3% de la producción eléctrica sucia del 2006.
Se reducen las emisiones de CO2
El buen comportamiento del consumo de energía ha tenido consecuencias directas en las emisiones de gases de efecto invernadero. El año 2006, Catalunya emitió 43,38 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera debidas al consumo de energía, un 4,1% menos que el año anterior. Todos los ámbitos de consumo de energía han registrado un descenso en sus emisiones; así, el consumo de energía final ha reducido un 1,2% su volumen de emisiones contaminantes, mientras que las emisiones debidas a los consumos propios del sector energético han disminuido un 2,6% y las debidas a la generación de electricidad, un 15,4%.